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Efectivos de emergencias, anoche en el lugar del accidente. El Diario Montañés

Mueren cuatro jóvenes al despeñarse su coche en un puerto de Cantabria

La llamada al 112 llegó por medio de un mensaje automático del teléfono de una de las víctimas tras detectar el impacto | Procedentes de Madrid, iban a pasar dos días con otros amigos en una cabaña de San Roque de Riomiera

Sócrates Sánchez, Ana Bringas, Lucio V. Del Campo y Abel Verano

Santander

Domingo, 16 de marzo 2025

El destino era una cabaña pasiega en San Roque de Riomiera, donde un grupo de jóvenes procedentes del barrio madrileño de Vallecas había planeado pasar el fin de semana, pero a falta de los últimos kilómetros y en cuestión de segundos la mitad de ellos encontró la muerte en la oscuridad del Puerto de Lunada en el peor accidente ocurrido en Cantabria en las dos últimas décadas. Eran las diez de la noche cuando los dos vehículos del grupo enfilaron este estrecho paso de montaña que comunica los Valles Pasiegos y la comarca burgalesa de Las Merindades. Posiblemente, ajenos al recorrido que tenían por delante, se adentraron por el camino más peligroso, en una noche heladora y rodeados de nieve.

Por causas que todavía se investigan, uno de los coches -un Audi A3 con «unos ocho años» de antigüedad y que presentaba unos neumáticos «lisos», según fuentes cercanas a la investigación- que circulaba por la CA-643 se salió de la vía en el kilómetro 12,700, a la altura del mirador de Covalruyo (Soba), y se despeñó por una ladera de más de 300 metros de altura. Sus cuatro ocupantes, dos chicos y dos chicas, de 20 y 21 años, murieron en la brutal caída. Los cuatro llevaban el cinturón de seguridad puesto en el momento del accidente. Fue una alerta automática de uno de los teléfonos móviles de las víctimas la que avisó al servicio de Emergencia 112 tras detectar el impacto.

El vehículo se precipitó al vacío en una curva de la carretera que carece de guardarraíles en gran parte de su sinuoso trazado. En su caída cruzó otro tramo de vía situado 262 metros más abajo, en el kilómetro 11 de la carretera, según informaron a El Diario Montañés agentes del medio natural presentes en el lugar del accidente. Tras ello, continuó rodando ladera abajo, dando vueltas de campana durante varios metros más hasta que se detuvo en la nieve.

Las huellas del trágico suceso aún eran visibles este domingo, horas después de lo ocurrido. A su paso, el turismo dejó numerosas piezas desmembradas, así como pertenencias de los pasajeros, entre ellas calzado, ropa e incluso comida envasada, que amanecieron cubiertas por una fina capa de nieve. A duras penas se podía localizar el coche en la ladera a la luz del día tras los golpes de la caída y por su color gris, que se confundía con el paisaje.

Imagen del rescate del vehículo.

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Imagen del rescate del vehículo. Diario Montañés

En lo que coincidían este domingo los vecinos de la zona es en la peligrosidad de la carretera a causa de su pendiente y los pocos elementos de seguridad, a lo que hay que añadir la complicación de la nieve. De hecho, desde por la mañana esta vía estaba señalada en rojo en el mapa de la Dirección General de Tráfico (DGT), desde el kilómetro 2 en La Concha al 13,9 en Valdició, lo que implica que los turismos deben contar con cadenas o neumáticos de invierno, mientras que los camiones y vehículos articulados tienen prohibido el paso.

En el punto donde el coche se precipitó al vacío aún podían verse las marcas de los neumáticos dirigiéndose al abismo. «Son rodadas limpias», según indicaron los agentes del medio natural, aunque la nieve ya había borrado parcialmente las huellas, según informa El Diario Montañés.

Además, participaron en las labores de rescate del vehículo siniestrado y de los ocupantes fallecidos técnicos de rescate del Gobierno de Cantabria debido a que el vehículo siniestrado se encontraba en una zona de muy difícil acceso.

Investigación en curso

Tras conocer lo ocurrido, el alcalde de Soba, Julián Fuentecilla, apuntó que ese tramo, considerado una peligrosa trampa cuando hay nieve, «debería cerrarse al tráfico, para que nadie se acerque» cuando la climatología sea adversa. Además, justo en estos días en los que la zona está nevada acuden numerosas personas a Lunada, tanto de día como de noche, para disfrutar de la nieve, y más en un fin de semana como este, que podría ser el último de la temporada. De hecho, este domingo la carretera de acceso a Lunada desde Soba estaba intransitable por la cantidad de hielo y nieve.

La Corporación municipal de San Roque de Riomiera, conformada por PP y PRC, acordaron el decreto de un día de luto (este lunes) en el municipio por esta tragedia.

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