![«Estaba saliendo de la anestesia y el celador me tocó los pechos y entre las piernas»](https://s2.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/201903/20/media/ertzaintza.jpg)
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ASIER ANDUEZA
Miércoles, 20 de marzo 2019, 08:00
«Estaba en una habitación saliendo de la anestesia esperando a que viniese mi familia y entró un celador que me empezó a tocar los pechos y entre las piernas. Fueron dos o tres minutos como mucho, pero recuerdo perfectamente sus palabras. 'Relájate. Sientes ... placer ¿no?». Es el testimonio de C. O., la vecina de Orozko de 52 años que el pasado lunes denunció que había sido víctima de abusos sexuales por parte de un miembro del personal de una clínica bilbaína. En su casa de Orozko, la mujer ha recibido a este periódico para contar el horror por el que pasó.
El lunes ingresó en un centro sanitario de la capital vizcaína donde le iban a practicar una colonoscopia. La prueba se desarrolló sin problemas y con anestesia. Tras el procedimiento, «la doctora me acompañó a una habitación y me dijo que me colocara en posición fetal porque facilita la eliminación de la anestesia». «Me dijo que iba a dejarme sola un momento para ir a buscar a mi hija y mi prima, que me habían acompañado», recuerda.
En ese tiempo otra persona entró en el espacio. «Empezó a tocarme los pechos y entre las piernas. Yo no sabía muy bien qué estaba pasando, solo que era muy raro», cuenta la víctima. Si la situación ya era extraña, cualquier duda se despejó cuando el hombre le habló y le preguntó, mientras seguían los tocamientos si estaba disfrutando. Cuando la doctora regresó con sus parientes, «él se apartó y cambió de tema, como si me estuviera preguntado si me encontraba bien».
En poco tiempo y tras eliminar la anestesia, la paciente abandonó la clínica sin decir nada a nadie. «Tenía muchas dudas, llegué a pensar que todo aquello no había pasado», admite esta vecina que trabaja en temas que tienen que ver «con el empoderamiento de la mujer». Su hija y su prima enseguida notaron que algo pasaba y ella acabó contándoles el episodio. Inmediatamente regresaron a la clínica y le contaron a su doctora lo ocurrido. «Nos dijo que eran hechos muy graves. Fue muy concisa: 'Ya sabéis lo que tenéis que hacer».
De regreso al pueblo y tras hablar «con una conocida agente de la Ertzaintza», C. O. interpuso una denuncia en la comisaría de Llodio. De allí «me llevaron a Basurto para que me reconociesen en la unidad de ginecología, aunque desconozco qué dice el informe porque se lo pasan directamente a las autoridades».
No puede dejar de darle vueltas a lo vivido. «Es que no me explico cómo hasta yo misma dudé de lo que me pasó cuando fue total y absolutamente real», denuncia. «Lo que quiero es que este hombre no esté en contacto con más mujeres y que lo que me ha pasado a mí no se repita», clama. De momento, el presunto autor de los hechos ha sido apartado de su puesto de trabajo.
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