Secciones
Servicios
Destacamos
Pregunté si tenía algún libro sobre Santa María Navarrese, la iglesia construida en la costa de Cerdeña por unos supuestos náufragos navarros, allá por el año 1052. El librero me dijo que no pero me dio el teléfono del exalcalde Pasquale Zucca (libreros, 1; Amazon, ... 0). En cuanto le conté que yo era un periodista navarro (sí, qué pasa, ¿quién fundó Donostia?), Zucca se emocionó y me pidió que esperara en la iglesia. No estaba en el pueblo pero llegó volando. Me trajo un libro suyo, me paseó por la iglesia –una larga nave blanca entre olivos milenarios, que alberga en su interior el templo medieval– y me contó la leyenda de la princesa navarra que naufragó con su séquito y levantó la iglesia para dar gracias por la salvación. Con princesa o sin ella, los arcos de herradura y un relicario de plata muestran un estilo mozárabe insólito en Cerdeña, que debió de llegar hace mil años desde el norte cristiano de la península Ibérica. Es probable que marinos del reino navarro -–posiblemente guipuzcoanos– establecieran aquí un puesto comercial, como hacían en otros puntos del Mediterráneo, con iglesia, casas, almacenes. El señor Zucca, nafarrista fervoroso y torrencial, enamorado de Roncesvalles, Aralar, Arantzazu y las mareas altas del Urumea, suspira por una prueba definitiva: «¡Si estos olivos hablaran!». No tengo el coraje para explicarle lo que hacemos los navarros cuando vamos por el mundo recorriendo playas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.