Secciones
Servicios
Destacamos
Subí directo a la Mola de Genessies, una gran muela caliza sobre la costa de Tarragona, y decidí volver por otro sendero supuestamente circular hasta Vandellós, mi punto de partida. Bajé en picado, me metí por el fondo de un barranco y me alejé cada ... vez más tierra adentro, entre roquedos caóticos y pinares espesos. De vez en cuando veía hitos de piedras amontonadas, así que iba equivocado pero tranquilo.
El mundo vacío inspira, exalta el ánimo, está muy bien. Pero cuando encontré a un montañero catalán sentado en una roca y fumando un porro, di gracias a los dioses. El mundo vacío está muy bien pero está mejor si incluye un catalán fumando un porro. Hace veinte años, cuando llegamos en moto al acantilado de Cabo Norte, Noruega, latitud 71, había dos catalanes fumando porros. Este de ahora me explicó cómo subir hasta una pista forestal y seguir hasta el pueblo de Tivissa. Llegué tras cinco inesperadas horas de caminata. En el bar me dijeron que a los tres cuartos de las tres (a las 14:45, ¿no?) saldría el autobús, el único de la tarde, que me llevaría a Vandellós. Pedí un bocadillo de jamón con tomate pero el hombre del bar me dijo que si me lo preparaba quizá perdería el bus.
Un catalán fumando un porro en mitad del mundo vacío, un mesonero que te obliga a elegir entre el bocadillo de jamón con tomate y el autobús de regreso a casa: a Homero se le fue ocurriendo la Odisea con cuatro cosicas de estas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.