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Utilizar un arco o una paleta de detección de metales a la entrada de un local de ocio nocturno no es complicado. «Apenas requiere ... formación. El aparato no tiene ningún problema ni peligro. Lo enchufas, lo pasas por el cuerpo sin tocarlo y, si hay algo, pita. Los detectores deben tener una homologación, pero no existe ninguna normativa que regule su uso», explica César Charro, presidente del Observatorio Vasco de Seguridad. Es tan fácil como comprar uno de esos aparatos e instalarlo en la puerta.
Lo difícil viene después, cuando el detector comienza a sonar porque la persona que quiere entrar en el local lleva algo sospechoso, quizá una navaja. El portero de la discoteca puede que se sienta tentado a decirle al sospechoso que muestre lo que lleva en el bolsillo, pero su interlocutor no está obligado a obedecer. Lo máximo que puede hacer el controlador del acceso es impedirle la entrada. Si le quita la navaja «está considerado un robo», dice Charro.
«El problema puede surgir cuando el personal que tiene a su cargo el control del acceso a discotecas no está habilitado». Es lo que sucede con los porteros, cuya figura «no está regulada, pese a que se lo pedimos en su día al Gobierno Vasco». «Ese es el problema que vamos a tener», insiste.
Charro pone como ejemplo el empleo de paletas detectoras de metales. «Con la ley en la mano es un cacheo porque es un registro corporal aunque no te lleguen a tocar», y eso es algo que «solo pueden hacer la policía y vigilantes de seguridad, no los porteros, que no están habilitados para ello».
Entre el arco y la paleta, el responsable del Observatorio Vasco de Seguridad se decanta por la segunda ya que, «además de barata, es más portable y tiene mucha fiabilidad». Eso sí, insiste en todo momento en que «si las cosas se quieren hacer bien, en las discotecas debería haber vigilantes de seguridad o se tendría que habilitar a los porteros», porque ahora «no son quiénes para requisar nada».
Al contrario que un portero, que solo puede retener a un cliente conflictivo a la espera de que llegue la policía, un vigilante de seguridad sí puede detenerlo. «No hace falta que estén uniformados, su presencia cierra el marco legal para intervenir en caso de trifulca», dice.
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