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Marina León y Juanma Mallo
Sábado, 6 de julio 2024, 08:42
Youssef Mahmoudi, el saharaui que permanecía 'atrapado' en el aeropuerto de Loiu desde el pasado 24 de junio al denegársele la solicitud de asilo político, ha quedado en libertad. El joven, según se ve en fotografías compartidas en redes sociales, ha salido del aerodromo bilbaíno ... esta pasada madrugada. Y así lo ha confirmado Zehar Errefuxiatuekin, según ha informado Radio Euskadi. Este estudiante ha descansado en casa de un amigo.
YOUSSEF LIBRE DAGO‼️
— Nayua Jatri Aduh🇪🇭 (@nayua_aduh) July 6, 2024
Muchas gracias a las personas que desde Euskal Herria y desde otros lugares habéis mostrado vuestra solidaridad.
La lucha continúa✊🏽 pic.twitter.com/7UYLzIBW4m
De esta manera, parece que acaba la situación de limbo en la que estaba este saharaui. Su libertad llega después de que este viernes por la tarde se encontrara con una aliada inesperada, la ministra de Juventud e Infancia. Sira Rego pidió por escrito a su compañero de Gabinete en la cartera de Interior, Fernando Grande-Marlaska, que autorice provisionalmente la entrada del activista en España «por razones humanitarias».
Esta mediación se produce justo el día en que estaba prevista la deportación de Youssef, que no pudo llevarse a término al negarse al traslado por razones de seguridad el comandante del vuelo a Tánger. Por lo tanto, se le mantuvo en dependencias de la Policía Nacional en el aeropuerto de Loiu e iba a ser devuelto en un vuelo previsto para este domingo a las 17.40 horas, pero ha que quedado en libertad y esta madrugada ha abandonado el aeródromo vizcaíno.
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Es precisamente el Ministerio del Interior, a través de la Oficina de Asilo y Refugio (OAR), el que había rechazado la petición de asilo político presentada por el joven, de 20 años y estudiante de Derecho. La decisión fue recurrida por su abogado junto a la ONG Zehar Errefuxiatuekin, pero la Audiencia Nacional desestimó la apelación por considerar que no hay «un riesgo grave, inminente y actual para la vida o la integridad física del demandante» en el reino alauita.
Sira Rego sostenía, por el contrario, que Youssef «ha sido perseguido por su compromiso en defensa del Sáhara Occidental» y que «devolverle a Marruecos lo pondría en grave peligro». La ministra, informada del caso por Zehar Errefuxiatuekin, pedía por ello a Interior que atienda la petición presentada ayer mismo por el abogado del joven y autorice provisionalmente su entrada en España «por razones humanitarias y atendiendo a su situación personal y física», amparándose en sendos artículos de la ley y el reglamento de Extranjería que contemplarían este permiso incluso cuando el demandante no reúne los requisitos establecidos.
Este viernes, el estudiante de Derecho en Agadir iba a ser deportado en este vuelo después de que viese truncada la última vía judicial con la que trataba de permanecer en el país. Según ha informado Radio Euskadi, durante la pasada madrugada ha pasado por el hospital tras dos días en huelga de hambre en los que su estado de salud parecía haber empeorado. Los sanitarios constataron que estaba bien y podía volver al aeropuerto en torno a las dos de la madrugada.
Este jueves, la resolución emitida por la Audiencia Nacional denegaba la medida cautelar y tumbaba así el recurso contencioso-administrativo contra la resolución del Ministerio del Interior presentado por la ONG Zehar Errefuxiatuekin, en colaboración con el abogado del joven. Precisamente, tras conocerse la decisión judicial, Zehar hizo público un testimonio del implicado en el que denuncia sentir «miedo» y rechaza «aceptar mi regreso al infierno».
En el auto, al que tuvo acceso DV, el juez que preside la Sección Cuarta de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional concluyó que «del relato incorporado a la solicitud de asilo no se desprende la existencia de un riesgo grave, inminente y actual para la vida o la integridad física del demandante». El magistrado también señaló que no queda suficientemente probado la participación del joven en manifestaciones a favor del pueblo saharaui.
«No disponemos de más indicio al respecto que unas fotografías de un grupo de simpatizantes y de un teléfono roto», ahonda. En ese sentido, defiende en su escrito que el demandante «no aduce ser un representante caracterizado o singularizado de su opción política» y descarta que haya un «riesgo inminente» para su seguridad que justifique la medida cautelar de asilo. Contra la resolución no cabe recurso.
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