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El reciente cierre del espacio Chez Erik en Baiona ha provocado una sonada reacción entre los vecinos de Iparralde después de que las autoridades hayan acordado la clausura del bar-restaurante-discoteca tras haberse producido hasta diez incidentes registrados por la policía en los últimos meses, incluido el ocurrido el 31 de enero de este año en el que el jugador del Biarritz Olympique, Masivesi Dakuwaqa, mordió en la cara a un compañero de equipo provocándole una herida que requirió veinte puntos de sutura, incidente por el que podría ingresar en prisión.
Tras «numerosos disturbios de orden público», fue este pasado miércoles 2 de abril cuando el subprefecto de Baiona, Fabrice Rosay, decretó el cierre administrativo de La Guinguette du Canal Chez Erik, una nave de mil metros cuadrados de superficie que cuenta también con un área exterior con jardín que ha adquirido gran popularidad en poco tiempo gracias al ambiente festivo que permite a los clientes disfrutar de comida, bebida, música y baile en un mismo espacio.
No obstante, este éxito no ha estado exento de polémicas y, según publican diversos medios de comunicación franceses en relación al informe del subprefecto, entre el 15 de agosto de 2024 y el 10 de febrero de 2025 se habrían producido numerosos incidentes como peleas, exceso de ruidos, consumo abusivo de alcohol por parte de los clientes y molestias constantes a los vecinos.
Una serie de problemáticas a la que hay que sumar el sonado incidente del jugador de rugby, Masivesi Dakuwaqa, que en una salida conjunta del equipo Biarritz Olympique mordió en la cara a su compañero, Pierre Pagés, provocándole una grave herida por la que tuvo que ser ingresado en el hospital y requirió veinte puntos de sutura en la mejilla. «No recuerdo lo que pasó. Me desperté en una celda de desintoxicación, sin mi camisa, preguntándome qué hacía allí. Sin ningún recuerdo», declaró días después el deportista de Fiji sobre el incidente que le costó la expulsión del club y por el que podría ingresar en prisión en función del veredicto que decida un tribunal de Baiona a partir del próximo 30 de mayo.
Por el momento, y a pesar de los esfuerzo del propietario, Érik Naviner, para controlar estos incidentes, las autoridades han emitido una orden de cierre del establecimiento por un periodo de dos meses, en una resolución que puede ser apelada.
La noticia del cierre ya ha circulado a gran velocidad en diferentes grupos y redes sociales de Iparralde provocando multitud de reacciones que dividen a los vecinos entre quienes apoyan esta decisión y aquellos que consideran que Chez Erik ha recibido un trato excesivamente duro en comparación al resto de establecimientos del sector. «Muchos bares en Petit Bayonne ya deberían haber cerrado si hubieran sido tratados con tanta severidad como Chez Erik», señalaba un usuario.
Por su parte, desde Chez Erik también se han manifestado sobre el cierre a través de su perfil de Instagram donde en los últimos días han publicado varios mensajes al respecto.
«En cuanto volvamos a abir prenderemos el fuego. Cuando se encienden las luces, la música sube y los vasos tintinean… ¡el ambiente explota! El equipo pemanece junto y preparado y las sonrisas, intactas. Estamos deseando volver a veros para brindar, para bailar, para compartir. Chez Erik es mucho más que este lugar. Es un equipo, una energía y una promesa: la de volvernos a encontrar muy pronto».
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