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Su apodo es Brice Poule, es de Biarritz, tiene 23 años y resulta conocido por sus saltos extremos en diferentes puntos de Iparralde. El último ha generado una amplia polémica sobre la seguridad: el pasado día 13 se lanzó de cabeza al río Nive desde ... lo alto de un edificio de cuatro plantas de Baiona. Fue detenido pero puesto en libertad porque el delito no está tipificado. El vídeo del salto se ha convertido en viral, y también la indignación ciudadana.
El lanzamiento fue desde 18 metros de altura, en el muelle Galuperie, justo enfrente del mercado de Baiona, informa el periódico Sud Ouest. «Desde que descubrí ese punto comprendí que había algo que hacer ahí», explica el saltador. Fue un impresionante salto bajo las miradas sorprendidas y en muchos casos reprobatorias de decenas de curiosos. «Es una locura», exclamaron varios testigos.
El joven de Biarritz, lejos de amilanarse, busca ahora patrocinadores para poder vivir de esta «pasión» para la que se entrena buena parte del año. El «salto de acantilado urbano», como llaman algunos a su disciplina, es un derivado del 'cliff diving' (salto hacia el mar) y del parkour (movimiento que consiste en escalar y saltar desde paredes hasta tejados). Especialistas, acróbatas e incluso gimnastas llenan en los últimos años las redes sociales con vídeos de sus 'hazañas'.
«Me considero bastante meticuloso en mi práctica. Lo que me hace disfrutar es encontrar un lugar, determinar la técnica que voy a utilizar para saltar y practicar», asegura el lanzador. Su obsesión por los tejados de Baiona arranca en el verano de 2022. «Una tarde, durante las fiestas, sentí la necesidad de escalar. Con un amigo utilicé algunas trampillas ocultas para llegar a la cima de un edificio en las afueras». Y ahí fue el primero de sus saltos espectaculares.
El pasado día 11 Brice Poule acababa de regresar de Estados Unidos con el objetivo de realizar su salto al río, aprovechando las mareas altas. Confiesa que la víspera permaneció cinco minutos en el tejado sin encontrar fuerzas para saltar, pero regresó el día siguiente y se tiró. Al salir fue detenido por agentes de la policía municipal e interrogado en comisaría «por poner en peligro la vida de otras personas». Salió libre porque no hay delito del que acusarle. La policía y la ciudad de Baiona siguen «escandalizadas» por estos hechos, según recoge el diario Sud Ouest. «Esto no es tolerable», protesta Luc Tarayre, director general de Seguridad del Ayuntamiento. «Estos saltos son sumamente peligrosos para quien los realiza y para sus víctimas». Al no haber ningún texto que prohíba este tipo de buceo, la fiscalía de Baiona archivó el caso.
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