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¿Un Real Sociedad-Elche con público en el Reale Arena el 7 de mayo? ¿Un Eibar-Barcelona con aficionados en Ipurua en la última jornada? El Gobierno central pretende abrir los estadios de fútbol para las últimas 4 jornadas de Liga, casi 14 meses después desde la última que se pudo ver seguidores en las gradas. Según informó anoche la Cadena Ser, la decisión también afectaría a la Liga ACB de baloncesto.
Esta pretensión coincide, en el caso del País Vasco, con una situación más que preocupante en los hospitales, donde se han retrasado al menos dos semanas las intervenciones demorables, y una incidencia al alza que, en el caso concreto de Gipuzkoa, supera ya los 700 casos por cada 100.000 habitantes. Para la microbióloga de la UPV/EHU Miren Basaras, en estos momentos no ha lugar a organizar este tipo de eventos con público. La investigadora recuerda que las autoridades han reiterado que «lo importante es preservar la salud» de los ciudadanos, y que las medidas se toman en función de la situación sanitaria.
«Lo que está claro es que desde ese punto de vista, tanto en Euskadi como en el Estado español la situación no es buena», subraya Basaras, refiriéndose a la tasa de incidencia superior a 200 casos en España, «por lo que estamos hablando de un un riesgo extremo», que en el País Vasco es aún «mucho peor». «Con estos datos sería imposible organizar partidos de fútbol u otro tipo de eventos con público». A juicio de la microbióloga, puede haber «distintos tipos de presiones, pero si se quiere preservar la salud de los ciudadanos, no puede ser».
Además, según ha recordado en una entrevista en 'Egun on Euskadi' de ETB1, las estrategias de las autoridades sanitarias para hacer frente a la pandemia contemplan eventos con público «si la incidencia baja de 50 casos», algo «imposible» que se alcance en poco más de una semana que resta para los hipotéticos encuentros con aficionados, « al menos en la gran mayor de las comunidades. Hay alguna que está en mejor situación, pero la gran mayoría está lejos». La versión más reciente del plan Bizi Berri sitúa en una tasa acumulada de 100 casos el umbral por debajo del cuál se podría comenzar a abrir las puertas a los aficionados en eventos deportivos.
Preguntada sobre las razones que están demorando que se alcance el pico de esta cuarta ola, la experta desconoce cuál puede ser la razón, aunque cita como uno de los principales factores la relajación social, «con imágenes como las que hemos visto en Semana Santa, con aglomeraciones o gente sin cumplir las medias de protección, y quizás esa imagen no se ha visto tanto en olas anteriores». Además, ya se sabe que la variante británica ha sustituido casi en su totalidad a la original, «y es más contagiosa, algo que ya sabíamos. Si sumas todos los factores deriva en un aumento de casos y que aún no se haya tocado techo».
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¿Y se puede estimar cuando se alcanzará el pico de la cuarta ola en Euskadi? Tras reconocer que «es difícil» hacer estimaciones, Basaras ha recordado que en los últimos días la tasa de positividad al menos se mantiene, no hay grandes subidas, «y no sé si es excesivo o apropiado emplear la palabra ralentización, pero se ve que ya no crece tanto». En todo caso, estamos en una semana clave para constatar si llegamos a esa meseta en la que se frena el incremento de contagios. «De todas formas, hay que decir que aunque lleguemos a esa meseta hay que pensar que la bajada no será abrupta, los descensos son más lentos que las subidas», ha subrayado, a la vez que se ha referido a la situación hospitalaria, porque los contagios se trasladan a la situación asistencial con 7-10 días de retraso, «por lo que los problemas de presión hospitalaria se van a agudizar los próximos días».
Y los que acaban ingresados en planta o en las Unidades de Críticos no son ya, gracias al avance de la vacunación, personas mayores como en anteriores olas. «Los que somos que somos más jóvenes también enfermamos. Desde noviembre ya se veía esa tendencia, que a los hospitales llegaba gente más joven, porque todos los virus son muy avezados y como las personas mayores están protegidas, empiezan a contagias a otras personas, que somos los que tenemos menos años«.
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fermín apezteguía
Víctor Bustamante, director de Asistencia Sanitaria de Osakidetza, explicó este lunes que la edad media de los pacientes con coronavirus que están ingresados en la UCI se ha situado en 61 años. Se ha apreciado un incremento de pacientes jóvenes, mientras que ha habido una reducción en el número de pacientes mayores de 80 años, por efecto de la vacuna. La estancia media en la unidad de críticos ha sido de 18 días y la mortalidad del 15%
En este contexto, el mensaje que envía Basaras es que «el virus puede afectar a personas de cualquier edad», que puede sufrir síntomas que les acabe llevando al hospital o la UCIs. «Y desgraciadamente los jóvenes también se mueren. Es cierto que las tasa de defunción, afortunadamente, ha descendido, pero nos hemos acostumbrado a las cifras de fallecidos. Hemos asumido que muera gente por un virus, y tenemos que reflexionar acerca de ello«.
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