
Secciones
Servicios
Destacamos
Leire Fernández
Jueves, 10 de abril 2025
La última mesa que mostró las buenas prácticas de los municipios correspondió a Durango. Su alcaldesa, Mireia Elkoroiribe, destacó el papel de los ayuntamientos en salud algo que en su municipio tienen claro desde hace tiempo y para lo que cuentan con diferentes programas.
«La salud es uno de los pilares para una sociedad sana y cohesionada y tenemos que garantizar que toda la población tenga acceso a programas y recursos que fomenten su bienestar. Aunque somos conscientes de que la principal responsabilidad la tiene Gobierno vasco, los ayuntamientos también tenemos mucho que hacer en este ámbito», reconoció.
«Durango está comprometida con una salud integral que no se limite solo a la atención sanitaria sino también aborde la promoción de hábitos de vida saludable, la prevención, el bienestar emocional y la inclusión social».
Para ello cuentan con varios programas. Por un lado Mobidurango, que busca fomentar la actividad física. «Nos parece que es muy importante, es una de nuestras iniciativas más importantes para la promoción de la movilidad, y trata de llegar a gente4 que normalmente no tienen costumbre de hacer actividad física de cualquier tipo, se trata de hacérselo fácil», explicó Ekoroiribe. Está pensado para personas que tienen un estilo de vida sedentario y el objetivo es promover la movilidad, la fuerza y el bienestar general. «Se realiza un examen al empezar y luego se les hace un seguimiento para ver los resultados del programa. Según las mediciones que hemos realizado con las personas que han completado el programa han mejorado su fuerza más de un 36% y su movilidad más de un 15% de media», detalló.
En el caso de Psikobonoa está pensado para proteger el bienestar emocional de los jóvenes de entre 14 y 35 años. «Tienen acceso a 10 sesiones individuales o 4 grupales, algo nuevo que hemos introducido este año, está subvencionado por el Ayuntamiento. Este año se han emitido 2.484 bonos. Son una respuesta directa a los retos emocionales y psicológicos que afecta a la juventud».
«Otro reto importante es conseguir que la actividad física pueda ser accesible a cualquier persona independientemente de sus capacidades», afirmó la alcaldesa de Durango. En este sentido han lanzado un estudio sobre la inclusión de las personas con discapacidad en la actividad física, con la Diputación Foral de Bizkaia y Haszten, para detectar cuáles son los problemas con los que se encuentran estas personas y buscarle soluciones. «Se ha realizado una encuesta para identificar esas dificultades y los anhelos de ciertas prácticas deportivas que quizá no están a su alcance ahora mismo y ver cómo se pueden llevar a cabo». Al hilo de esto se han puesto en marcha cursos diseñados para ser inclusivos y adaptados a las necesidades específicas de cada grupo. «Por ejemplo, se está llevando a cabo un curso de natación con profesionales especializados para asegurar la inclusión y la seguridad en las actividades».
Por último el proyecto Edonola, que «para nosotros es muy especial», tiene como objetivo evaluar el impacto del ejercicio físico en pacientes con linfoma que están en tratamiento con quimioterapia. «El objetivo es mejorar la calidad de vida de estos pacientes. Está siendo desarrollado por investigadoras de diferentes hospitales de la red pública y en cuanto hemos tenido conocimiento hemos querido participar, lo que hacemos es poner a disposición nuestras instalaciones deportivas pero teníamos claro que queríamos participar», aseveró Elkoroiribe.
Para profundizar en el proyecto Edonola, promovido por Biogipuzkoa y con una amplia participación, tomó a mí la palabra Izaskun Zeberio, hematóloga en el Hospital Universitario Donostia. «El ejercicio físico en las personas con cáncer es un tema que tiene mucha literatura. Entre el 25 y el 40% de los pacientes sufren un deterioro funcional que conlleva la pérdida de capacidad cardiovascular y pulmonar, la fuerza musculas y el tejido corporal magro», explicó. «El primer estudio que se publicó en los años 80 ya demostraba el beneficio del ejercicio físico y reportó una mejora del estado de ánimo durante el tratamiento antineoplásico en los pacientes que realizaban alguna actividad». Sin embargo, en los cánceres hematológicos hay poca evidencia. «El primer estudio que analiza la recuperación de la capacidad funcional de los pacientes con cáncer después de un trasplante de médula ósea se publicó en 1996».
Zeberio comentó que estos pacientes experimentan mucha fatiga, «es una sensación de cansancio que no se recupera tras el descanso adecuado. Es algo incapacitante en las personas con cáncer y afecta mucho a la calidad de vida. Hay un deterioro en la condición física y las intervenciones de ejercicio físico suponen una mejora en la calidad de vida».
Este estudio busca estudiar cómo el ejercicio físico impacta en la capacidad respiratoria, la fragilidad, la fatiga, la calidad del sueño… de estos pacientes con patología hematológica. En el mismo participan tres centros sanitarios, y para participar los pacientes deben ser mayores de 18 años y cumplir una serie de requisitos. «Para realizar el ejercicio físico acuden a los diferentes centros y se realizan unas pruebas muy exhaustivas para saber la valoración de los pacientes».
«El programa combinado de ejercicio físico se realiza durante 20 semanas que es más o menos lo que dura el tratamiento de inmunoterapia».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Encuentran muerta en un río a la actriz Sophie Nyweide
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
No te pierdas...
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.