Dos personas mayores parecen reflexionar ante el mar. Reuters

¿Cómo envejece el cerebro?

El árbol de la ciencia ·

Envejecer es algo natural e inevitable, a la vez que modulable y mejorable con acciones que dependen de nosotros

Domingo, 28 de febrero 2021, 07:50

El cardiólogo Valentín Fuster dice que el corazón proporciona cantidad de vida y el cerebro, calidad. Salud cerebral y calidad de vida son sinónimos. A pesar de anuncios sensacionalistas de elixires de la eterna juventud, que el cerebro envejezca es algo natural e inevitable, a ... la vez que modulable y mejorable con acciones que dependen de nosotros. El envejecimiento del cerebro tiene unas connotaciones personales, familiares y sociales que le hacen merecer una atención especial respecto a otros órganos. Nadie es ajeno al drama del mal de Alzheimer y todos queremos evitarlo. El envejecimiento cerebral es un proceso distinto al alzhéimer, aunque es su principal factor de riesgo. Envejecer con buena salud cerebral ayuda a espantar el fantasma.

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¿Qué sucede en el cerebro con el paso de los años? El hallazgo más destacable es que se atrofia. Su volumen se reduce un 3-5% por cada década a partir de los 40 años, en especial la región frontal y el hipocampo. Se pierden pocas neuronas (menos del 10%), pero muchas conexiones sinápticas, en especial sinapsis finas, recién formadas y relacionadas con la memoria inmediata. También disminuye el número de células gliales, unas células especiales y más numerosas que las neuronas a las que dan soporte, nutren y desintoxican. Por último, disminuye la mielina, el abrigo que recubre a las prolongaciones neuronales y facilita la transmisión de información entre las neuronas, algunas muy distantes. Por esta razón, la conectividad, elemento esencial en el funcionamiento cerebral, se resiente.

Con los años se pierden contactos entre neuronas y la circulación cerebral es menos fluida

Recientes investigaciones sitúan a la mielina como un elemento básico en el aprendizaje y la consolidación de la memoria. El recuerdo de una cena con amigos implica la activación de recuerdos procedentes de todos los sentidos (cómo iban vestidos, sus perfumes, el olor y sabor de la comida, la conversación que se mantuvo o la música que se escuchó) que se recogen en diversas partes del cerebro y deben ser procesados de manera independiente y simultánea para lograr evocar el recuerdo integral de la cena. Aquí entra en acción la mielina, que adapta la velocidad de transmisión del impulso nervioso para que la información procedente de las distintas regiones cerebrales llegue a la vez a los elementos del circuito responsables del recuerdo único y global del evento.

Además de neuronas y células gliales, hay un elemento singular que es la unidad neurovascular. Es un conjunto de vasos sanguíneos y barreras anatómicas que aseguran la llegada de nutrientes básicos, en especial oxígeno y glucosa -no olviden que el cerebro supone el 2% del peso corporal y consume el 20% de la energía que requiere el organismo- e impiden el paso de sustancias nocivas. El cerebro es un santuario de difícil acceso para los tóxicos. Con la vejez, las arterias se tornan rígidas y tortuosas, lo que dificulta el flujo de la sangre. La barrera sufre desgarros y se hace permeable a tóxicos que se acumulan junto con los detritos resultantes de la actividad neuronal que no se eliminan con eficacia.

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Se deterioran algunas funciones y se refuerzan las que constituyen la base de la sabiduría.

Además, el sistema inmunitario neural se debilita. Estas alteraciones facilitan el desarrollo de procesos inflamatorios y de estrés oxidativo en el cerebro envejecido. Es el 'inflamaging'. No son cambios intensos, pero conviene proteger esta unidad controlando los factores de riesgo de la arteriosclerosis, como el propio Fuster sugiere.

El cerebro anciano es más pequeño y está peor conectado y más expuesto a toxinas, lo que se traduce en un paulatino declive con matices importantes. Se pierde velocidad para comprender y ejecutar tareas. Hay pequeños olvidos. La movilidad se hace lenta, imprecisa e inestable. La prisa no ayuda. ¿Los matices? Es un cerebro más lento, pero más seguro: emplea otros mecanismos para resolver problemas con igual eficacia. La inteligencia, el lenguaje, la mayoría de formas de memoria, la creatividad y la capacidad de aprender se conservan. Y predominan las emociones positivas, como la generosidad y la compasión. Esta es la base de la sabiduría que, lo recuerdo aquí, se alcanza en la vejez.

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