Sala de espera Fernando Gómez.

La espera para el médico de cabecera sube a 9 días y a tres meses y medio para operarse

La satisfacción con el sistema sanitario está en mínimos desde la pandemia, sobre todo con la atención primaria y las consultas de especialistas

Lunes, 5 de agosto 2024, 12:14

Las listas de espera de la sanidad española mantienen el empeoramiento progresivo iniciado hace cuatro años, tras el test de estrés al que la pandemia sometió a centros de salud y hospitales, que sacó a la luz todas las carencias y problemas que acumulaba el ... sistema. No son pequeñas dilaciones. Tanto los tiempos de acceso al médico de familia como a los servicios de los hospitales se han disparado.

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Ocho de cada diez españoles que el año pasado tuvieron que pedir cita con su médico de cabecera debieron esperar una media de 9,1 días para poder contarle sus problemas de salud. Solo el 21%, uno de cada cinco, consiguió hablar con su referente en la atención primaria en el mismo día que solicitó la cita o en el siguiente, así lo certifica el propio informe oficial del funcionamiento del Sistema Nacional de Salud, publicado hoy por el Ministerio de Sanidad.

Uno de cada tres españoles tienen problemas de salud mental, con las crisis de ansiedad entre los más diagnosticados

Estos datos empeoran los ya muy malos de 2022, cuando quienes lograron acceder a la consulta de su centro de salud en las primeras 48 horas fueron el 24% de quienes lo intentaron (tres puntos más). El 76% restante, que se vio condenado a una larga espera, no logró hablar con su doctor hasta pasado 8,8 días.

Pero para comprobar de verdad la saturación del sistema hay que comparar las esperas de 2023 con las de 2019, antes de que el coronavirus abriese las frágiles costuras de los ambulatorios. Quienes entonces lograban ver a su médico de familia en los primeros dos días eran el 43,3% de los ciudadanos, más del doble que hoy, y los centros más saturados no superaban los seis días de espera (5,8), un tercio menos que ahora.

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El empeoramiento del acceso en la atención especializada no es tan pronunciado como en la primaria, pero las dilaciones son notorias. Los ciudadanos a los que su médico de familia derivó el año pasado a un especialista extrahospitalario tuvieron que esperar de media casi tres meses (87 días) para que el facultativo les recibiese y diagnosticase el problema para poder iniciar el tratamiento. Son ocho días más que solo un año antes. Una espera un 10% superior.

El deterioro en las áreas quirúrgicas hospitalarias continúa, pero por lo menos parece que no va a más. La espera media en España para realizarse una cirugía programada no urgente fue en 2023 de más de tres meses y medio (112 días). Eso sí, un día menos que el año anterior.

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Con estas esperas, no sorprende que la valoración que los españoles dan al funcionamiento del sistema sanitario público no haya dejado los mínimos desde la pandemia. La nota de conjunto es un 6,27 sobre 10, casi medio punto por debajo de la que le otorgaban antes de la crisis del covid, que era el 6,74. Lo único positivo es que parece que al menos la insatisfacción ha tocado suelo. Los doce últimos meses no han profundizado el bache de confianza detectado el año anterior, cuando la valoración global cayó al 6,3.

Falta coordinación

Como era de previsible, la peor calificación es para las consultas y para los servicios de urgencia, tanto de los centros de centros de salud como de los hospitales, por ser las áreas más saturadas y masificadas. A duras penas mejoraron el 6. La mayor valoración se la llevan las emergencias sanitarias del 112 y la atención prestada en las plantas y quirófanos de los hospitales, con 7,4 y 7,2 puntos, respectivamente.

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Este notable retroceso de la valoración se aprecia aún mejor cuando se le pide a los ciudadanos que describan el funcionamiento de la estructura sanitaria pública. Solo el 56,7% indica que funciona bien o bastante bien. Son casi 15 puntos menos que en 2019 o, lo que es lo mismo, un 20% de descenso entre quienes ensalzan el buen funcionamiento de la prestación. Más de la mitad de los consultados considera que la coordinación entre la atención primaria y la hospitalaria es solo regular, mala o incluso muy mala. Los que así piensan son diez puntos más que antes de la pandemia, con otro 20% de aumento desde 2019.

La esperanza de vida comienza a recuperarse tras el frenazo por la covid y aumenta la participación en los cribados preventivos de cáncer

El informe incorpora también datos sobre el estado actual de la salud de los españoles. Entre los negativos está que hasta un tercio de la población sufre problemas de salud mental, elevándose a un 40% cuando se habla de mayores de 50 años y llegando a la mitad a partir de los 85. El diagnóstico principal en un tercio de estos pacientes son los ataques de ansiedad (que sufren el doble las mujeres que los hombres), seguido por los problemas del sueño y las patologías depresivas.

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El porcentaje de ciudadanos con estilos de vida negativos es bastante alto. Un 20% de los adultos son obesos, un 40% son sedentarios y en dos de cada diez el consumo de frutas y verduras es insuficiente. El 20% fuma a diario, el consumo medio de alcohol es elevado (con especial problema entre los jóvenes), dos de cada diez adolescentes fumaron porros en el último año y el 5% de ellos hace un uso problemático de los videojuegos.

Mayor vacunación contra la gripe

También hay algunos datos positivos. Tras el frenazo por la covid, la esperanza de vida sigue su mejora, recuperando casi un año desde la pandemia y manteniéndose entre las más altas del mundo. La media es de 83,1 años, pero con 85,7 años para las mujeres y 80,4 años para los hombres. Aún así todavía está por debajo de la media general de 2019, que fue 83,8 años.

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Otro aspecto muy positivo es el avance en la prevención de enfermedades muy graves. Los mayores de 65 años se están vacunando contra la gripe un 25% más que antes de la pandemia y los ciudadanos cada vez participan más en los cribados públicos para la detección temprana de cánceres como los de colón y recto, mama o cervix, lo que repercute en menores tasas de fallecimiento por estas enfermedades.

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