David S. Olabarri
Lunes, 8 de febrero 2021, 06:31
Dos hermanos de 76 y 73 años que vivían en el número 4 de la Plaza Haro del bilbaíno barrio de Santutxu perdieron la vida el pasado viernes víctimas del Covid-19. Con estas muertes, se eleva a cinco el número de fallecidos registrados en apenas tres semanas en este mismo bloque de viviendas, donde un brote de coronavirus ha dejado también varios vecinos hospitalizados y al menos una treintena de contagios confirmados.
Publicidad
La agresividad con la que se está comportando el virus en este portal de Santutxu, en el que viven 62 familias, no tiene apenas precedentes. Los vecinos, como es lógico, están muy asustados, aunque confían en que el brote empiece a remitir pronto. Muchos de ellos apenas salen de casa, sobre todo los más mayores. En la mañana de ayer, por ejemplo, se produjo una escena reveladora: una chica que vive justo en el portal de enfrente apenas se vio unos segundos con su padre, ya mayor, que vive en el número 4. Ella bajó con su marido y sus dos hijos. Su padre llegó con la mascarilla FPP2, de las que más protegen, intercambiaron unas bolsas con comida y el hombre volvió a casa. Al mismo tiempo, la abuela saludaba a los niños desde la ventana de su vivienda. «Llevamos así tres semanas. Vivimos al lado y no puedo ni ver a mis padres», relata. Todos los edificios que rodean esta comunidad, igual de grandes que el afectado, tenían ayer todas las ventanas comunes abiertas para favorecer la ventilación.
precaución de los vecinos
Las alarmas en el número 4 de Plaza Haro saltaron el 21 de enero, cuando falleció una vecina de edad avanzada. El primer positivo en el bloque de viviendas, sin embargo, se conoció el día 9. Los residentes creen que el virus campó a sus anchas durante casi dos semanas, cuando se empezaron a tomar medidas. Esta primera víctima falleció en su domicilio. Tres días después murió el hijo que vivía con ella, de poco más de 50 años. Y poco después tuvieron que entrar en otra vivienda para atender a otra señora que llevaba un par de horas sin dar señales. Esta mujer falleció al cabo de unos días en el hospital.
contagios
El administrador se puso en contacto con Osakidetza tras el segundo fallecimiento, después de que un vecino le comunicase lo que estaba pasando. Se contrató entonces a una empresa de desinfección y se advirtió a Osakidetza. Además, se han colocado documentos informativos en los que se insiste en que se debe utilizar el ascensor de manera individual y en los que se recalca la importancia de «ventilar la escalera comunitaria». Por eso, piden la colaboración de algún vecino de cada planta, que se deberá encargar de abrirla a primera hora de la mañana y cerrarla ya de noche. También se recomienda no tocar directamente los botones del ascensor ni las barandillas.
miedo a salir a la calle
Osakidetza realizó un cribado en todo el edificio que dejó una treintena de positivos, entre vecinos y contactos estrechos. Uno de los casos confirmados fue el del vecino que entró al piso de una de las víctimas después de que llevase un par de horas sin dar señales. Los residentes no saben qué ha pasado, pero está claro que el virus se ha instalado en los espacios comunes. Algunos hablan de los dos pequeños ascensores que dan servicio a las 16 plantas del edificio. Nekane, la mujer que se encarga de la limpieza común del bloque, insiste en que ella hace su trabajo a conciencia y recuerda que jamás ha tenido una queja por su labor después de varias décadas de desempeño.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.