Dos pacientes abandonan el área de consultas externas del Hospital Donostia frente a un cartel que avisa de la obligatoriedad de portar la mascarilla. De la Hera

Vuelta a la mascarilla obligatoria

«No sabía que la mascarilla era ya obligatoria, yo me la he puesto para protegerme»

La primera jornada con la obligación de portar la mascarilla en los centros sanitarios ha transcurrido con aceptación generalizada y algún pequeño desconcierto

Aitor Ansa

San Sebastián

Jueves, 11 de enero 2024, 16:12

Aceptación general y algún desconcierto que otro. Así ha transcurrido en los centros sanitarios de Gipuzkoa la primera jornada con la obligación de portar la mascarilla en ambulatorios y hospitales, una medida que el Ministerio ha tomado de manera unilateral hasta que las comunidades encadenen ... dos semanas consecutivas con la tasa de infecciones respiratorias en descenso y que ha provocado el enfado del Gobierno Vasco, que ya anunció el miércoles que recurrirá a la Justicia aunque haya acatado la orden ministerial.

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Polémicas aparte, el uso del protector buconasal es obligatorio desde este jueves, si bien algún despistado todavía no era consciente de ello a primera hora de la mañana. «No sabía que era ya obligatoria, pero me la he puesto por si acaso. Así me protejo yo y protejo a los demás», reconocía Montse nada más abandonar, todavía con la mascarilla puesta, el Hospital Donostia. «Aunque hay gente que no la lleva», añadía señalando al interior del edificio, en cuya puerta hay pegado un cartel advirtiendo de la medida.

Sea como fuere, considera «comprensible» que haya que hacer uso del protector, más en un momento en el que varios virus respiratorios, como la gripe A o el coronavirus, están al alza. «Tendremos que prevenir los contagios dentro de lo que se pueda. Tampoco cuesta nada ponerse la mascarilla. Tenemos que convivir con los virus y cuando entras a un centro como este, donde hay mucha gente esperando, cualquier sitio puede ser un foco», reconocía.

La argumentación de Pepi Suárez era similar. «No me resulta incómodo tener que estar en un centro sanitario con una mascarilla», admitía a este periódico tras salir de la consulta del especialista, si bien renegaba un poco de las formas. «Lo obligado nunca está bien, no nos gusta».

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En ese sentido, esta donostiarra considera que la percepción de la ciudadanía frente a los contagios ha cambiado desde la pandemia. «Antes no le dábamos importancia a un catarro, pero una persona con cáncer si coge cualquier cosa puede ser muy perjudicial para ella», aseguraba, dejando constancia que desde la crisis sanitaria «nos hemos empezado a dar cuenta de esos pequeños detalles de los cuales antes no nos dábamos cuenta». Eso sí, admitía que «estaba deseando volver a salir a la calle para quitármela».

«No se nos ha comunicado nada a los trabajadores»

Hasta el momento, la jornada ha transcurrido con total normalidad. Si bien la mayoría de los pacientes que accedían al interior del Hospital Donostia portaban el protector buconasal, también ha habido algún caso en el que no hacían uso de ella, incluído algún profesional sanitario que reconocía a este periódico que «desde la dirección del hospital no se nos ha comunicado nada a los trabajadores».

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La decisión de la mascarilla se adopta para tratar de frenar la epidemia de infecciones por virus respiratorios, especialmente de gripe A. Por otro, evitar que la avalancha de casos que desde mediados de diciembre desborda los centros de salud y hospitales de muchas comunidades acabe por colapsar la atención sanitaria.

Además de la gripe, se están reproduciendo contagios de Covid y de Virus Respiratorio Sincitial (VRS) -el causante de la bronquilitis en los niños más pequeños-, en lo que ya se ha bautizado como 'tripledemia'.

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