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El pasado 21 de junio una mujer de 78 años murió tras desatarse un incendio en su domicilio en Arrasate. Era viernes y la ... ambulancia medicalizada que cubre la zona de Debagoiena no tenía médico, por lo que tuvo que desplazarse la que estaba activa en Tolosa, que tardó 40 minutos en llegar. Este mismo verano se recibió un aviso por un parto prematuro también en la zona de Debagoiena, pero como la ambulancia tampoco tenía médico, tuvo que trasladarse una desde Nanclares de la Oca, en Álava, que tardó 35 minutos. Son solo dos ejemplos de lo que se está viviendo a diario en el servicio vasco de emergencias, una situación agravada en los meses de verano, en los que «ha habido más de 100 turnos de emergencias sin cubrir con médicos en Euskadi», tal y como denuncian los propios profesionales.
Este servicio tiene un funcionamiento «complejo», ya que funciona como una OSI para los tres territorios, y la forman por un lado los centros coordinadores que atienden las llamadas al 112 y, por otro, las ambulancias medicalizadas. En todos los turnos debe haber un médico y una enfermera en cada puesto (tanto en la centralita como en los vehículos sanitarios), pero los trabajadores de emergencias aseguran que eso se incumple «un día sí y otro también». La falta de personal que sufren desde hace años es la principal causa de esta situación que provoca que «el servicio ahora mismo no esté garantizado».
40 minutos ha llegado a tardar una ambulancia medicalizada en llegar a una emergencia este verano en Gipuzkoa
Conocer la situación Los trabajadores se reunieron con el nuevo consejero y lo harán con la directora de Osakidetza
La preocupación de los sanitarios que trabajan en emergencias es tal que ya ha sido trasladada al nuevo consejero de Salud, Alberto Martínez, con el que se reunieron la pasada semana y quien se mostró «muy sorprendido» al conocer la situación. Además, este próximo lunes mantendrán otra reunión con la directora de Osakidetza, Susana López Altuna, para que también esté al tanto.
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«Somos el primer eslabón en la cadena de Salud que llega a los pacientes, y llevamos años con una mala gestión, sin un plan estratégico, y la situación ha ido empeorando hasta el punto en el que estamos hoy», denuncia Ruth Salaberria, médica de emergencias en Gipuzkoa. El principal problema es la falta de personal, «faltan médicos. El maltrato del personal ha sido sistemático y la gente se ha ido del servicio, normal».
Ruth Salaberria
Médico de Emergencias
La falta de efectivos se agrava en los meses de verano. «El año pasado fue duro, pero en este ya se han dejado más de 100 turnos sin cubrir con médico», señala Salaberria. Esos turnos se suplen con enfermeras, que se ven desbordadas por el estrés que supone atender llamadas o salidas de «riesgo vital» sin médico. Bien lo sabe Aroa Hermosa, enfermera de emergencias en el territorio, que en una de sus últimas guardas en el centro coordinador estuvo sola. «Tuve que gestionar todas las llamadas y las ambulancias. Había un médico en el centro de Bizkaia y una enfermera de apoyo en Álava, o sea: un médico para todas las llamadas al 112 de Euskadi», denuncia. «Hay situaciones en las que nosotras no podemos decidir, no podemos pautar un medicamento o dar altas en el lugar. En casos graves necesitas un médico que tome las decisiones», insiste Hermosa, que ha denunciado la situación también ante el Colegio de Enfermería de Gipuzkoa.
A todo ello se sumó que en los cinco PAC que hay en el territorio, ninguno tenía médico, una situación que ya se ha denunciado. «Por lo que muchas situaciones que se podrían solucionar en esos centros llegan al 112 y acaban colapsando las Urgencias del hospital».
La única solución que se ha buscado hasta el momento, aseguran las sanitarias, es que el personal disponible haga más guardias. «El sistema se soporta con los trabajadores, con su buena voluntad y a costa de su salud. Pero están hundiendo el servicio. Es un problema estructural que existe desde hace tiempo y sobre el que no se han tomado medidas», insisten.
Aroa Hermosa
Enfermera de Emergencias
Esperan que sus denuncias sirvan para que su servicio sea «tomado en serio», como ha ocurrido con otros «como el de Primaria. Somos un servicio vital que no puede fallar. Si tienes un médico a 40 minutos de alguien que está crítico, puede morir. A nadie se le ocurre que falte un cirujano en una operación. Pues en emergencias no puede faltar un médico y que poblaciones de 60.000 habitantes se queden sin asistencia», como ha ocurrido este verano principalmente en Debagoiena. «Cuando faltan médicos se priorizan otras zonas, como Bidasoa», explican. «Queremos un servicio potente para dar una asistencia de calidad. Y ahora mismo es imposible», lamentan.
Desde el sindicato ESK llevan meses denunciando esta situación. En un comunicado han dado cuenta de las carencias que se dieron en el último puente del 15 de agosto. «En las noches del 14,15 y 16 las UVI móviles de Oñati estuvieron sin personal facultativo médico, lo que por desgracia no ha sido un hecho aislado», aseguran. «En Gipuzkoa estuvieron sin enfermera en el Centro Coordinador la noche del 16, mientras que la UVI móvil de Oñati no tuvo personal médico el 17 durante el día y el 18 por la noche; en este último turno, la UVI móvil de Bidasoa tampoco dispuso de personal médico». Unas situaciones que, indican, también se han dado en Bizkaia y Álava.
Ana Martínez de Zabarte
Enfermera de Emergencias
De ello da testimonio Ana Martínez de Zabarte, enfermera de Emergencias en la UVI móvil de Nanclares de la Oca, que comenzó trabajando en el servicio en Arrasate, donde se sorprendió por el «trato durísimo que recibían los trabajadores». Confirma que hay una importante carencia de médicos, «pero hay muchos que se van por el maltrato que reciben». Por ejemplo, con el calendario, que reciben mes a mes y apenas unos días antes de que empiece el turno mensual. «Así es imposible tener una organización y una conciliación con la vida personal, y hay muchos compañeros que llevan años renovando mes a mes», asegura. Esa falta de facultativos se agrava además por «la condición del perfil lingüístico», y asegura que es necesario «un cambio radical en la gestión, porque es un problema ya cronificado».
Desde el sindicato ESK denuncian que «esta situación se ha convertido en algo habitual no solo este verano o veranos anteriores, sino que es estructural al Servicio de Emergencias, y tiene un responsable, el Departamento de Salud», al que acusan de «desmantelar y precarizar las condiciones de la plantilla, poniendo en riesgo constantemente las vidas de las personas». Por eso, reclaman al nuevo consejero de Salud que «se ponga manos a la obra para que las plantillas de los Servicios de Emergencias podamos prestar la asistencia que se merece este país».
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