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«La esperanza de vida de un operado del corazón se equipara a la de la población»Las enfermedades cardiovasculares son una de las principales causas de mortalidad en la actualidad. La cirugía cardiovascular es, en muchos casos, la solución a muchas patologías que pueden ser potencialmente mortales y EL DIARIO VASCO y Quirónsalud quisieron poner el foco en esas intervenciones a ... corazón abierto en una nueva edición del Aula de Salud, que tuvo lugar este jueves en el Aquarium. Bajo el título 'A corazón abierto, hitos y actualidad en cirugía cardíaca', los doctores Ignacio Gallo, Alberto Sáenz, Ángela Granda, Lucía Pañeda, Clara Pérez y Cristina Sánchez, miembros de la Unidad de Cirugía Cardiovascular de Policlínica Gipuzkoa, se refirieron a esta cuestión.
Tras la presentación de Sonia Roussel, directora médica-asistencial de Quirónsalud en Gipuzkoa, tomó la palabra el doctor Ignacio Gallo, que puso algo de contexto y explicó cómo la cirugía cardiovascular se ha ido desarrollando desde los años cincuenta hasta el punto que hoy, en España, «se llevan a cabo 19.000 cirugías mayores al año en 58 centros». Uno de ellos es Policlínica Gipuzkoa, donde el propio Gallo fundó la Unidad de Cirugía Cardiovascular. Recuerda el doctor cómo «en 1987 la edad media del paciente intervenido era de 55 años y hoy en día se ubica en los 71,4 años».
Pero si algo ha caracterizado a Ignacio Gallo a lo largo de su dilatada carrera ha sido su pasión por la investigación, que le ha llevado a lograr grandes avances en cuestión de materiales a través de la investigación con animales, tanto en Estados Unidos como aquí. Las pruebas con animales derivaron en el uso de material de origen animal en las intervenciones quirúrgicas y en la utilización de factores de crecimiento para acelerar la cicatrización del esternón.
Posteriormente fue el doctor Alberto Sáenz el que entró en harina y explicó cómo las «tres lesiones coronarias que más intervenimos son la cardiopatía isquémica, las enfermedades de válvulas cardíacas y de la aorta». Antes de pasar por quirófano se lleva a cabo el tratamiento médico, que consiste básicamente en eliminar los factores de riesgo como el tabaco o el sedentarismo. Una fase más antes de intervenir es «la dilatación percutánea con stent».
El doctor Sáenz incidió en que «la mortalidad ha disminuido enormemente por la mejora de las técnicas quirúrgicas y los tratamientos posoperatorios». Se trata de intervenciones que conllevan una enorme complejidad, dado que implica una circulación extracorpórea (paralela) para mantener vivos los órganos del cuerpo mientras se opera el corazón. Gracias a estas operaciones a corazón abierto, «mucha gente se salva de un infarto agudo si se trata a las pocas horas».
Entrando en cuestiones técnicas, Sáenz explicó que la cirugía coronaria «se realiza mediante injertos» y se trata de «puentear la lesión haciendo un atajo para que la sangre llegue al vaso lesionado». También es muy habitual la intervención por degeneración de las válvulas cardíacas, en cuyo caso «se pone una prótesis que puede ser biológica, procedente de válvulas de cerdo o de pericardio de ternera, o mecánica». Si se trata de intervenir un aneurisma de aorta (una dilatación patológica de esta arteria), la operación consiste en implantar un tubo que canaliza la arteria dañada.
Teniendo en cuenta todas las intervenciones a corazón abierto, solo el 3 % requiere de una reintervención y «en la mayoría de los casos suele ser por un sangrado posterior», apuntó Lucía Pañeda. En la mayoría de estos casos, «se revisan las costuras realizadas» y se soluciona.
La doctora Cristina Sánchez quiso lanzar un claro mensaje de tranquilidad a quien debe enfrentarse a una cirugía cardíaca: «La esperanza de vida de un paciente intervenido del corazón se equipara al de la población general». Aunque, obviamente, hay que superar un posoperatorio que, como señaló la doctora Ángela Granda, en ocasiones comporta un importante trabajo psicológico: «Muchos sienten que su vida no es la misma, pero pasados unos meses se sentirán mejor y verán que van mejorando. La vida mejora y va a continuar», insistió.
Es fundamental en esa mejoría posoperatoria la actividad física, que Clara Pérez explicó que «comienza caminando». Hay que tener en cuenta que «al hacer una esternotomía para la operación, lo primero es que esa fractura se consolide y eso lleva unas 4-6 semanas». Y para poder realizar algún ejercicio de impacto habrá que esperar más de cuatro meses.
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