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Miércoles, 18 de octubre 2023, 10:58
Cuando una mujer se queda embarazada, el cuidado no se limita sólo a ella, sino a su bebé, por lo que prestar atención a la salud si durante toda la vida es importante, durante el periodo de gestación es un aspecto que se duplica. El embarazo es una de las etapas de la vida de la mujer más exigente a nivel físico, por lo que ésta debe poner especial atención en cuidar su alimentación y el aporte diario de micronutrientes, ya que estos son fundamentales para el adecuado desarrollo del feto. Se recomienda incluso que el aporte de algunos nutrientes, como el ácido fólico, se vea incrementado en los meses previos a la concepción, ya que esto ayuda a evitar problemas como las malformaciones en el tubo neural del feto. Según las recomendaciones de la OMS, la ingesta energética de una madre gestante debe verse aumentada 150 Kcal durante el primer trimestre del embarazo y a 350 Kcal en el resto del periodo de gestación. Una alimentación sana es la base para que la salud de la mujer embarazada no decaiga.
Para ello, los nutricionistas recomiendan a las embarazadas seguir una dieta equilibrada y no comer en exceso de cada uno de los grupos de alimentos, ya que se necesitan suplementos de proteínas esenciales, minerales y vitaminas.
Así, tal y como recomienda el doctor Osvaldo Blanchimano: «los alimentos proteicos de alta calidad como las carnes, lácteos y huevos deben completarse con los llamados alimentos energéticos, como son el pan y sus derivados. Todo ello, siempre en una adecuada cantidad».
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Los médicos aconsejan comer bien, que no significa hacerlo en exceso. Por ello, resulta recomendable hacer de cuatro a seis comidas al día, de manera que podamos dosificar las cantidades que se ingieran. Todo ello, variando los alimentos de los cuatro grupos, comiendo despacio y comiendo bien.
Lácteos: la leche y sus derivados, como los yogures y el queso, son alimentos de gran importancia durante el embarazo por su alto contenido en proteínas y calcio. En cuanto a los quesos, se recomienda evitar los que sean más curados.
Carne, pescado y huevos: los médicos recomiendan la ingesta de carne roja una vez al día, pero cuya grasa haya sido eliminada previamente, algo que hay que hacer también con las carnes blancas y el pescado. El consumo de huevos no debe exceder de dos a la semana.
Pan, galletas y cereales: siempre que no se consuman en exceso, son un buen complemento a la dieta. En concreto, los cereales constituyen una fuente importante de carbohidratos y fibra.
Frutas y hortalizas: porque son una fuente importante de vitamina C y fibra, de ahí que su consumo sea muy recomendable, al menos, una vez al día.
A la hora de alimentarnos durante el embarazo debemos tener en cuenta las siguientes pautas:
Aporte de proteínas. Intentaremos que sean bajas en grasas (lácteos desnatados, pescado, etc.).
Hidratos de carbono, hay que evitar alimentos que contengan harinas refinadas (azúcares, dulces, etc.). Estos los podemos sustituir por cereales integrales y, sobre todo, frutas y verduras.
Grasas. No hay que eliminarlas, pero tienen que ser de fuentes vegetales.
El calcio, el hierro o la vitamina C también son vitaminas que debemos tener en cuenta.
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Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer cambia y se vuelve más vulnerable. Es por ello que es mejor evitar los siguientes alimentos, por el riesgo que su ingesta puede suponer. Pero, ¿qué alimentos están contraindicados en un embarazo? Al principio, se suele realizar la prueba de la toxoplasmosis. Las personas que no la hayan pasado tienen que tener cuidado con los alimentos que se toman en crudo, no cocinados, es decir, embutidos, carnes poco hechas, pescados no cocinados, etc.
Quesos a base de leche cruda: pueden transmitir listeriosis.
Agua no potable o de origen dudoso.
Carnes y pescados crudos, semicrudos o en salazón
Bebidas excitantes, como el café.
En todo caso, lo que resulta esencial es disfrutar de un periodo tan importante en la vida de una mujer como es el embarazo.
La madre no debe comer por dos. El aumento de peso excesivo durante el embarazo no es favorable, ya que conlleva ciertos riesgos (aumento de tensión, posibles riesgos de diabetes gestacional, etc.. En el primer trimestre, la madre debería aumentar su peso en 1,5-2 kilos. Durante el segundo, el aumento de peso podría ser de medio kilo a la semana. Y en el último mes, medio kilo aproximadamente. El peso ideal que podemos aumentar durante todo el embarazo es de entre 11 y 13 kilos.
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