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Jueves, 16 de mayo 2024, 08:00
El índice de masa corporal (IMC) o índice de 'Quetelet' es una herramienta ampliamente utilizada para evaluar si el peso de una persona se encuentra dentro de un rango saludable, relacionando talla y peso.
Se calcula dividiendo el peso en kilogramos por la altura en metros al cuadrado (IMC = peso en kg / altura en m²). Aunque es un método simple y accesible, es importante comprender que el IMC tiene sus limitaciones y no proporciona una imagen completa de la salud de una persona. El cálculo matemático consiste en dividir el peso (en kilogramos) por la talla (en metros).
Bajo peso: IMC inferior a 18.5
Peso normal: IMC entre 18.5 y 24.9
Sobrepeso: IMC entre 25 y 29.9
Obesidad: IMC de 30 o superior
Cuando alguien está entre 18,5 y 25 hablamos de normopeso. Sin embargo, si es inferior a 18,5 hablamos de bajo peso, de delgadez, de desnutrición. Tener menos peso del que nos corresponde por nuestra talla no es bueno para nuestro organismo. Nuestro sistema inmunitario es más débil y por ello podemos padecer ciertas enfermedades. Por el contrario, si el IMC es superior a 25 hablamos de sobrecarga ponderal. Dentro de este grupo hay diferentes categorías de sobrepeso y de obesidad.
El IMC sólo mide peso y talla. El peso es la suma del agua corporal, la masa muscular, el tejido óseo y la grasa. Así, por ejemplo, puedo tener más de 25 de IMC por hacer deporte y tener mucha masa muscular, pero no sufrir un problema de sobrepeso u obesidad.
Esto quiere decir que el IMC por sí solo no es suficiente para determinar si una persona es obesa.
Aunque el Índice de Masa Corporal (IMC) es una herramienta útil para evaluar el peso y determinar si una persona se encuentra en un rango de peso saludable, tiene sus limitaciones.
No distingue entre masa muscular y grasa: Un atleta con mucha masa muscular puede tener un IMC alto, pero no necesariamente estar obeso.
No considera la distribución de la grasa: La grasa acumulada en el abdomen (grasa visceral) es más peligrosa para la salud que la grasa subcutánea. El IMC no distingue entre estos tipos de grasa.
No tiene en cuenta otros factores de salud: El IMC no considera factores como la edad, el sexo, la etnia o la condición física general, que pueden influir en la interpretación de los resultados.
Composición corporal: Es importante conocer la proporción de grasa, músculo, hueso y agua en el cuerpo. Para esto, se pueden utilizar métodos como la impedanciometría, la densitometría o el lipocaliper.
Circunferencia de cintura: Un perímetro de cintura elevado es un indicador de grasa abdominal y se asocia con un mayor riesgo de enfermedades.
Historia clínica: Enfermedades como el hipotiroidismo pueden afectar el peso y la composición corporal.
Hábitos de vida: La alimentación, el ejercicio físico y otros factores del estilo de vida influyen en el peso y la salud.
En conclusión, el IMC es una herramienta útil, pero no debe ser el único criterio para evaluar la salud y el estado físico de una persona. Para obtener una evaluación más completa, es recomendable complementar el IMC con otros métodos y considerar factores como la composición corporal, la circunferencia de cintura y la historia clínica.
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