Miércoles, 24 de abril 2024, 10:51
Comer rápido o con ansia es cada vez más habitual en todas las casas o grupos de amigos. Una costumbre que algunas personas realizan ya sea por tener mucha hambre, poco tiempo en su día a día o simplemente por hábito. No obstante, aunque pueda parecer una práctica inofensiva, no es para nada saludable y puede tener consecuencias, como la indigestión. También hay que destacar la importancia de llevar una dieta alimenticia adecuada y evitar la ingesta habitual de comida rápida -conocida como 'fast food'- o precocinada.
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Pero, ¿sabes cuáles son las consecuencias de comer rápido?
Aumentar de peso. Es una de las principales consecuencias de comer rápido o con ansia, ya que provoca que la persona ingiera una mayor cantidad de comida y también de calorías, lo que posteriormente se transforma en grasa que se ubica sobre todo a nivel abdominal. Cabe destacar que el cerebro y el estómago, en conjunto, tienen la función de controlar el apetito, aunque no es una orden o señal que se envié al momento, sino que puede tardar unos 15 o 20 minutos. Por lo tanto, la persona que come rápido no tiene la sensación de estar saciada. De ahí la importancia de comer con un ritmo más lento y también tener un hábito de alimentación saludable.
Indigestión y malestar. Pueden surgir por comer demasiado o por hacerlo rápido, de forma que la persona sufra ardor estomacal, acidez, reflujo y pesadez. También se puede tener la sensación de barriga hinchada y que surjan eructos en consecuencia. Un factor importante para que no se de este tipo de síntomas, a parte de no comer a gran velocidad, es que se mastique correctamente aquello que estemos ingiriendo. Además, es importante comer los alimentos bien troceados y no en grandes trozos que sean difíciles de digerir.
Aumento del riesgo del atragantamiento. Esta es otra de las consecuencias más habituales, muy relacionada con la ingesta rápida de comida, así como la de grandes trozos que después se pueden quedar atascados en la garganta y causar asfixia. También entra aquí en juego que la persona realice masticados adecuados para digerir mejor la comida.
Por tanto, no cabe duda de la gran importancia que tiene el comer lento y masticar la comida de manera correcta y durante el tiempo necesario. Habitualmente se recomienda dedicarle un mínimo de 20 minutos a la comida, sin necesidad de poner la televisión para evitar distracciones. También es aconsejable picar los alimentos pequeños, para poder masticarlos mejor y las veces que sean necesarias. Finalmente, otra de las directrices más importantes es beber agua durante las comidas, evitando refrescos azucarados.
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