Una mujer toma una píldora para tratar la depresión. Reuters

Uno de cada siete alumnos vascos de la ESO ha consumido algún psicofármaco en su vida

Mientras disminuye el consumo de todas las sustancias psicoactivas, el de hipnosedantes «muestra un incremento moderado pero constante», sobre todo entre las chicas

Aitor Ansa

San Sebastián

Miércoles, 22 de mayo 2024, 06:23

El alcohol y el tabaco, por este orden, son las sustancias más consumidas en Euskadi y con las que los jóvenes vascos tienen un primer contacto a una edad cada vez más temprana. Todo ello sin olvidar el cannabis, cuyo dispendio se ha normalizado entre ... los adolescentes y que además suele ser la puerta de entrada para el abuso de otras drogas ilegales. Sin embargo, los datos demuestran que mientras el consumo de estas sustancias psicoactivas disminuye paulatinamente durante los últimos años, el de hipnosedantes «muestra un incremento moderado pero constante», especialmente entre los alumnos vascos. Uno de cada siete estudiantes de secundaria ha echado mano de un psicofármaco a lo largo de su vida, siendo más habitual entre las chicas.

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Es la principal conclusión que se desprende de la décima edición del estudio 'Drogas y Escuela' realizado por el Instituto Deusto de Drogodependencias y con datos relativos al año 2022. Para ello, se han tenido en cuenta las respuesta realizadas por 6.209 estudiantes de Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO), Bachillerato, Ciclos Formativos de Grado Medio de Formación Profesional y de Formación Profesional Básica de 88 centros educativos públicos y privados. El resultado demuestra que mientras disminuye el consumo de alcohol o tabaco, el uso de hipnosedantes «es elevado» y sigue una tendencia alcista, sobre todo en el número de alumnos que ha recurrido a ellos durante el último año o doce meses.

Bajo la denominación de psicofármacos se encuentran una amplia variedad de productos farmacéuticos –desde los ansiolíticos o hipnóticos, pasando por los antipsicóticos o antidepresivos– para tratar diversas dolencias. Dentro de ellos se consideran dos posibilidades cuando el uso está dirigido por un facultativo que ha diagnosticado la dolencia e impone una pauta de ingestión y, la otra, cuando se accede a la sustancia de forma irregular, sin la prescripción médica correspondiente. En ambos casos se aprecia un aumento desde 2017, año en que se realizó la última encuesta de Drogodependencias, si bien el acceso a una utilización irregular es sensiblemente menor.

Diferencias por sexo

Un 6,2% de mujeres afirma haberlos consumido el último mes, el doble que el de hombres

Los autores del estudio explican que «en principio» la crisis sanitaria del coronavirus y las medidas adoptadas para frenar la ola de contagios «han podido colaborar» en este incremento. No obstante, también añaden que, aunque este consumo de psicofármacos sea con prescripción médica, «esto es un indicador de problemas, dificultades, malestar y sufrimiento en la adolescencia, elementos que a menudo se asocian con el abuso de otras sustancias ilegales».

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Asociado a la edad

El consumo de todas las drogas ilegales está más extendido entre los chicos que entre las chicas. Con las de comercio lícito, como el alcohol o el tabaco, su prevalencia sin embargo es similar en ambos sexos. Con los hipnosedantes ocurre todo lo contrario. Son ellas, las estudiantes, las que hacen un mayor uso. Casi una de cada seis alumnas afirma haber consumido alguna vez en la vida algún psicofármaco, mientras que entre los chicos el porcentaje no supera el 12%. Si se atiende al último mes, el consumo que hacen las mujeres duplica al de los hombres.

Aún cuando el acceso a los psicofármacos no es a través de la prescripción médica, el consumo entre las alumnas es también sensiblemente más elevado que entre sus compañeros varones.

Con estos fármacos ocurre lo mismo que con las otras sustancias, que al ir creciendo en edad también se incrementa el consumo y hasta los 18 años se podría dibujar una diagonal casi perfecta. A los 19 se aprecia un ligero descenso, pero a partir de ahí los niveles de iniciación se disparan (hay que tener en cuenta que a partir de esas edades son retrasos académicos), aunque los de consumo anual y mensual aparecen más contenidos.

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Por curso

Su consumo se dispara entre los alumnos de FP, donde uno de cada cuatro dice haberlos utilizado

Al ir creciendo en edad también se incrementa el consumo de hipnosedantes de acceso sin receta en forma de diagonal, que se dispara con la mayoría de edad. Asimismo, entre los alumnos mayores de 20 años es donde se observan los niveles de iniciación del consumo más elevados. Hasta un tercio de estos estudiantes vascos asegura haberlos probado alguna vez en su vida.

De igual manera se distribuye su uso entre el alumnado de Euskadi si se atiende a su distribución por cursos. El consumo de psicofármacos marca un crecimiento regular hasta segundo de Bachiller que se dispara a partir de la Formación Profesional Básica. Prácticamente uno de cada cuatro alumnos de este último ciclo formativo afirma haberlo consumido al menos una vez. En cuanto al consumo de psicofármacos sin receta ocurre algo similar, aunque en menor nivel.

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Las demás sustancias, a la baja

El de los psicofármacos es la única sustancia que continúa al alza entre la población estudiantil de Euskadi, según la encuesta 'Drogas yEscuela'. Con el alcohol «se aprecia una constante disminución» de su consumo entre el colectivo de estudiantes de secundaria desde hace 16 años y con el alcohol, la segunda sustancia más extendida, ocurre más de lo mismo. «Se observa una tendencia a la disminución en la extensión del consumo en todas las categorías de uso que se han establecido», apuntan sus autores.

Entre las sustancias ilegales el cannabis sigue ocupando la primera plaza, con una tendencia a la baja, pero consumida por uno de cada cinco estudiantes alguna vez en su vida.

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Sanidad prepara una guía para racionalizar los tranquilizantes

El Ministerio de Sanidad preparar una guía para racionalizar el uso de los psicofármacos y disminuir «la medicalización de los problemas sociales» después de que se haya triplicado el consumo de antidepresivos por habitante y se haya duplicado el de ansiolíticos, hipnóticos y sedantes, según datos de la OCDE. «Los malestares externos no se curan con una pastilla», aseguraba recientemente la ministra Mónica García durante la presentación de la Comisión para la Salud Mental. «España no puede seguir liderando el consumo de ansiolíticos y antidepresivos», añadía la titular de Sanidad.

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