Ejemplo de ecografía.

Emoción, la quinta dimensión

En las nuevas ecografías 5D el visionado del futuro recién nacido es más realista que nunca. Más que al diagnóstico, están enfocadas a la experiencia

rubén cañizares

Viernes, 10 de febrero 2017, 15:04

El embarazo es una de las etapas más bonitas de la vida. Madres (y padres) viven con suma ilusión el crecimiento de un nuevo miembro de la familia. Y como pocas cosas hay tan importantes como la salud y el bienestar de los seres humanos, y más aún de un recién nacido, la medicina lleva años y décadas entregada a rozar la perfección en el mundo de las ecografías.

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Primero fueron las 2D, tomadas en blanco y negro sobre una imagen plana. Ecografías que hoy siguen siendo las más comunes para el diagnóstico del feto durante las 40 semanas de un embarazo. Después llegaron las 3D, en las que se realiza un barrido y se obtiene una imagen gracias a los tres ejes del espacio: X, Y y Z. Luego llegaron las 4D, en donde se le añadió el tiempo. Es decir, una imagen en tres dimensiones pero en tiempo real. Esta ecografía ya fue un salto muy importante porque tiene la capacidad de captar volúmenes. Y desde no hace mucho tiempo, ha emergido con fuerza la 5D, la ecografía emocional que hace las delicias de los futuras mamás y papás.

«Gracias al juego de luces y sombras que le aplica la nueva maquinaria, se puede ver al bebé con imágenes 3D en alta definición. Es decir, imagínese que está viendo un jarrón y decide enfocar la luz por un lateral de ese jarrón. Por un lado aparecerán las luces y por otras las sombras. Pues eso es exactamente la ecografía 5D. Según varíe la orientación de la luz, se resaltará unas cosas u otras. Y todo a un nivel de visionado de máxima excelencia», explica a Revista Salud el doctor Enrique Tomás, ginecólogo alicantino con más de 25 años de experiencia y uno de los profesionales de ECOX, centro pionero en España en la última tecnología 4D y 5D.

Esta nueva ecografía logra un realismo nunca conseguido hasta ahora que capta imágenes y movimientos del bebé desde un punto de vista distinto al habitual: «Yo siempre digo que hay que intentar disfrutar del embarazo. No hay que vivir en la ignorancia que se vivía antiguamente. La ecografía emocional ayuda a generar lazos desde el primer momento, con todo lo bueno que ello conlleva. Hay que mantener y perfeccionar los muchos y buenos avances que hemos conseguido en la medicalización del embarazo y del parto, pero ahora hay que humanizarlo», explica el doctor Tomás.

En el embarazo nunca hay que comer por dos

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  • En el caso de las embarazadas, seguir los consejos de las abuelas no es nada recomendable. «Aquello que se decía antes de que en el embarazo hay que comer más era una secuela de la posguerra. Las cosas no son así», asegura Felipe Casanueva, presidente en funciones de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO). De hecho, en las consultas de los ginecólogos, la obesidad de las gestantes se está convirtiendo en una seria preocupación. En la actualidad, el 23 % de las embarazadas en España tienen sobrepeso e incluso otro 22,2 % son obesas, un grave problema de salud que puede derivar en enfermedades tanto para la madre como para el futuro niño.

  • Los médicos recuerdan que las gestantes deben coger por término medio entre 10 y 12 kilos, pero no más. El doctor Luis Ortiz Quintana, miembro de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), subraya que cuando se gana por encima de esta cifra el embarazo se convierte en una «lotería» tienen dos veces más riesgo de aborto espontáneo, dos veces más riesgo de cesárea, tres veces más riesgo de mortalidad perinatal, tres veces más riesgo de diabetes gestacional, tres veces más riesgo de que el niño sea excesivamente grande al nacer. cinco veces más riesgo de hipertensión arterial. nueve veces más riesgo de preeclampsia y tres veces más riesgo de ser un niño y adulto obeso.

  • Los expertos inciden en que el riesgo no solo está en las mujeres obesas que se quedan embarazadas, sino también en las embarazadas que engordan demasiado. Y es que en estos casos, se producen en la gestante cambios epigenéticos con los que el niño tendrá que convivir para siempre. El entorno metabólico en el que se desarrolla el feto, insisten, tiene una influencia decisiva en lo que será el metabolismo del niño y en la composición de su microbiota (su flora intestinal) y, por tanto, en el riesgo futuro que tendrá ese adulto de sufrir diabetes o hipertensión.

Bárbara Sánchez, madre primeriza de 34 años, y embarazada de 31 semanas de una niña que se llamará Abril, da fe de ello: «Llevé a toda la familia a la ecografía. Mi marido, mi hermana, mis padres y mis suegros. Nos hemos hecho tantas que no esperábamos nada especial, pero estábamos totalmente equivocados. Acabamos llorando como magdalenas. Era como ver un documental de National Geographic. Fue la primera vez que sentí realmente que estaba embarazada. Te cambia por completo la percepción. Pudimos percatarnos de cosas que tiene mías y de su padre, como los labios. Vimos cómo se chupaba el cordón umbilical y jugaba con él. También tocamos la zona de la tripa donde tenia el culete y detectamos que no le gustaba y se enfadaba porque fruncía el entrecejo. Fue muy emocionante. Si hasta se le notaban las arrugas. Era como si ya hubiera nacido y estuviera entre nosotros».

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Gracias al revolucionario sistema SkinLine y LightVision, la ecografía 5D muestra al bebé de un modo especial y único, ya que se obtienen imágenes con mayor profundidad y textura, y una nitidez mucho más definida de la que se consiguen con la ecografía 4D: «Gracias al volumen y al juego de luces y sombras nos adentraremos en una especie de documental sobre la vida uterina del bebé en el se puede interactuar y ser más consciente de cómo transcurre la vida dentro del vientre de la madre», explica Marta Benito, directora del centro ECOX de Alberto Aguilera (Madrid).

La ecografía emocional se puede realizar durante un par de momentos. Entre la semana 15 y 16, para conocer el sexo del bebé. Y, sobre todo, entre la semana 26 y 32: «Esta segunda opción creo que es la mejor, ya que las caras son más peponas. Si se hace muy pronto aún le falta chicha. Como yo suelo decir, se parece más a un velociraptor que a un bebé. Pero a partir de la semana 26 se le ve ya bastante bien su cuerpecito, su rostro, y muchos de sus movimientos», detalla el doctor Tomás, que también pone el acento en la ayuda que supone estas ecografías para detectar ciertas anomalías: «Las 5D son, al 99%, emocionales, pero eso no quiere decir que no puedan ayudar a perfeccionar la capacidad de diagnóstico. De hecho, lo hace, ya que ya con capaces de detectar algunos problemas o alteraciones superficiales, como labios leporinos o tumoraciones en la espalda».

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