s.f.
Martes, 17 de septiembre 2019, 06:42
Con motivo de la vuelta al trabajo, Kaiku Sin Lactosa, comparte los consejos para evitar el tedio comiendo en el trabajo. Salsas, mucho color y toques crujientes terminarán con el aburrimiento de las comidas de oficina.
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Puede parecer contradictorio el incorporar salsas en un plato saludable. Sin embargo, existen diferentes alternativas ligeras para coronar un plato aburrido como se merece.
Una de las claves a la hora de preparar salsas sanas es escoger la base ideal: los yogures sin azúcares añadidos o yogures griegos para un toque de cremosidad, son perfectos para aderezar ensaladas e incluso platos de pastas, agregando especias, limón o frutas, se consiguen salsas con sabor y ligeras.
Además, la leche sin lactosa es el mejor sustitutivo de la nata: ligera y con todo el sabor, perfecto para untar el pan integral.
Otro consejo para no aburrirse comiendo en la vuelta a la rutina es jugar con el color en los platos. Si en la variedad está el gusto; en los colores, el sabor. A la hora de elaborar un menú semanal en versión tupper o cena informal, nada como incorporar alimentos que abarquen una diversidad de tonalidades, puesto que de esta forma no sólo se asegura incorporar alimentos con variedad de nutrientes y beneficios, sino que además el plato quedará más llamativo y apetitoso.
El verde de las espinacas o la rúcula, el rojo de los tomates y los pimientos, colores naranjas como los del mango o el salmón, e incluso el blanco del queso y las almendras.
En lo desconocido está lo interesante. Nada como un soplo de aire fresco al típico menú de tupper inspirándose en las «dietas» o cocinas de otros países. La cocina típica española puede sustituirse por una dieta cargada de eneldo y pescado ahumado, al estilo nórdico; llenar del color del comino y el curry el clásico pollo con arroz; o que el jengibre y la soja aderecen un pescado. Inspirarse en otras culturas siempre le dará un toque novedoso al manido menú de todos los días.
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Muchas veces el paladar no sólo se aburre por los sabores repetitivos, sino también por las texturas. Para solventarlo, nada como incorporar el crujiente en los platos: muesli, cacahuetes, nueces, verduras crudas, etc. Por ejemplo, nada como añadir al clásico yogur unas lascas de coco, muesli o trozos de chocolate negro; o en el sandwich de media tarde incorporar unas rodajas de pepino crujiente.
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