La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que el yogur es un alimento lácteo que, al ser fermentado, ha desarrollado una serie de bacterias benéficas para el organismo y es una buena fuente de proteína, grasas, minerales y vitaminas. Pero, ¿su ingesta diaria puede ... tener una influencia positiva cuando las mujeres entran en la menopausia y dejan de tener menstruaciones? Esta es la principal cuestión a la que pretende dar algo de luz el proyecto YoGoe4Life en la que participan una veintena de donostiarras mayores de 45 años.
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«El objetivo es poder comprender la influencia del consumo diario de yogur con proteína A2A2 en los efectos asociados a la perimenopausia mediante el seguimiento de diferentes factores», explica a este periódico Luisa Villegas, presidenta del Instituto del Queso, la consultoría altamente especializada en procesos tecnológicos y científicos, sistemas de producción primaria y posicionamiento estratégico en torno a la leche cruda y el queso, e impulsor principal de este experimento con el que pretenden demostrar que los lácteos «son muy interesantes para la alimentación del futuro y alcanzables para todo el mundo».
El proyecto, que se desarrollará durante dos semanas, del 13 al 27 de mayo, se llevará a cabo gracias a la subvención Etorkizuna Eraikiz de la Diputación Foral de Gipuzkoa y al apoyo de la Fundación Asmoz y Yogures Goenaga, la empresa que proporcionará los lácteos a la veintena de mujeres. «En la búsqueda de un ganado perfecto que dé más leche y sea más longevo, durante una selección genética se perdió la pista a las vacas que daban leche que estaba libre de proteína A1 y que siempre ha estado relacionado con la indigestibilidad. Esta compañía elabora sus yogures con leche de ganadería propia de la raza Brown Swiss, que se diferencia por tener un alto contenido de betacaseína A2, la misma proteína de la leche materna que provoca menos intolerancias y es más digestible para todos», cerciora Villegas.
De esta manera, las veinte donostiarras seleccionadas para la prueba, las cuales han sido sometidas a un estudio previo de salud general y metabólico, deberán comer un yogur todos los días durante quince días, «a media mañana o a media tarde», a las que se les realizará un seguimiento exhaustivos de sus niveles de glucosa para comprobar los posibles beneficios de la ingesta de los lácteos. «Las participantes llevarán durante los 15 días un sensor similar al que utilizan los diabéticos y a través de una aplicación, Glucovibes, registrarán los índices de glucemia, así como las ingestas, la actividad física que realizan o la calidad del sueño», detalla la presidenta del Instituto del Queso.
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El proyecto se desarrollará durante dos semanas en mayo y se espera tener los primeros resultados para los meses de verano.
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