San Sebastián
Viernes, 19 de enero 2024, 13:23
Las pasadas Navidades para Nico no fueron según lo esperado. Y es que este pequeño de apenas cuatro años fue víctima de la excesiva codicia de los amigos de lo ajeno, que tan pronto sustraen bicicletas de alta gama (aunque estén amarradas convenientemente) como arramplan, y con gran avidez, todo tipo de artículos deportivos que no tienen cabida en el hogar y que acaban escondiéndose en cualquier espacio improvisado del garaje. Esta vez, la mala suerte le tocó a un niño de cuatro años, que vio cómo se quedó sin su sillita de coche, ésa de la que tiraba para acompañar a sus aitas a todos lados y, sobre todo, en la que se acomodaba para acudir a casa de sus queridos aitonas. La avaricia no entiende de sentimientos.
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Es por ello que el niño (en nombre de sus aitas) tiró de ingenio para redactar un escrito con un claro remitente. Y, sobre todo, con un objetivo obvio: recuperar su pequeño trono. Lo hizo de una forma muy elegante, muy alejada de la poca educación que mostró el ladrón de turno cuando se hizo con la sillita del coche sin permiso. Así lo reflejaba esta semana en @LiosdeVecinos, popular cuenta de Twitter que supera los 110.000 seguidores y que a diario recopila los problemas e incidencias más habituales en toda comunidad de vecinos.
El niño manifestó su queja con un mensaje que publicó en un tablón de anuncios de la comunidad. «Hola, soy Nico. Tengo 4 años. Quizás por confusión te hayas llevado mi silla del coche. Estaba en la plaza 90 de la planta -4. Mi papi la dejó fuera del coche», detallaba. Sea como fuere, por si había algún género de dudas o pudiera dar margen a la confusión, el pequeño ofreció una pequeña (pero precisa) descripción de su sillita. «Era mi silla. Gris y negra. Estaba como nueva porque la cuido mucho y me la trajeron los Reyes Magos el año pasado», explicó en busca de un poco de empatía por parte del amigo de lo ajeno. Si es que éste se dignaba a leerlo.
El mensaje finalizaba con una petición de lo más lógica, a la que añadía un argumento de peso: la visita a los aitonas. «Me gustaría que me la devolvieses, porque es mía y la necesito para ir en coche a casa de los abuelos», rezaba el mensaje, junto a una imagen del elemento de sujeción del coche. Por si acaso.
No se sabe a ciencia cierta si el niño llegó a recuperar su silla de coche, pero lo cierto es que el mensaje ha generado el rechazo entre los internautas. Algunos afeaban la actuación del amigo de lo ajeno («Hay que ser muy miserable para robar la silla de coche de un pequeñín»), mientras que otros censuraban la imprudencia del padre («A mí no se me ocurriría dejar nada de valor en el garaje. Está claro que dejes lo que dejes -herramientas, sillita infantil, bicicleta, o lo que sea- tarde o temprano va a desaparecer»). Eso sí, pese a ello alguno confiaba en dar un margen de confianza al presunto ladrón («Hará un mes o así la que aparca detrás mío se dejó una bolsa, y se la arrimé a la puerta del conductor para que la viera. Todos tenemos despistes»). Piensa mal…
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