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Un agente de la Oficina Francesa de la Biodiversidad (OFB) se vio obligado a desenfundar su arma para detener a dos cazadores españoles que intentaban ... huir de un control policial y embistieron a los policíasen un camino forestal de Biriatu. Los hechos ocurrieron el 11 de noviembre de 2023 y este jueves, el conductor ha sido condenado a tres meses de prisión con suspensión de pena y al pago de 900 euros de multa. Su acompañante deberá abonar 500 euros.
Los dos cazadores, de 18 y 20 años en el momento de los hechos, circulaban a gran velocidad por una pista forestal prohibida en una zona conocida como collado de Pitare. En su vehículo, un pick-up, llevaban un rifle semiautomático calibre 12 cargado entre los asientos delanteros y otro descargado en la parte trasera. No portaban licencia de caza francesa no habían tomado las precauciones necesarias para transportar sus armas.
Cuando los agentes de la OFB les dieron el alto, el vehículo redujo la velocidad y pareció detenerse. Sin embargo, cuando los policías se acercaban, el conductor aceleró bruscamente, golpeando el brazo de uno de los agentes y dirigiéndose peligrosamente hacia otro. Ante la situación de riesgo y la estrechez del camino, flanqueado por un talud y un barranco, un agente se vio obligado a sacar su arma reglamentaria. Solo entonces el conductor detuvo el vehículo.
Los acusados alegaron que formaban parte de una batida de jabalí al otro lado de la frontera y que estaban buscando a unos perros que se habían escapado. «El jefe nos pidió que cruzáramos el paso para recuperarlos lo antes posible», explicó el conductor en el tribunal de Baiona. También afirmaron no haber reconocido a los policías y haber pensado que eran cazadores de montaña. «Sabía que estaba al otro lado de la frontera, pero tuve miedo», declaró.
Sin embargo, la fiscalía puso en duda su versión, señalando que los perros llevaban GPS y que las armas estaban listas para ser usadas. «Si un animal hubiera aparecido, solo habrían tenido que detenerse, bajar la ventanilla y disparar», argumentó la fiscal Amandine Boyer.
La defensa, representada por la abogada Maritxu Paulus Basurco, insistió en que sus clientes no estaban cazando, sino simplemente recuperando a sus perros, lo que no constituye una actividad de caza. «No estaban persiguiendo un jabalí, eso es indiscutible», aseguró.
Finalmente, los jóvenes fueron condenados y reconocieron su error. «Una equivocación de juventud», dijeron en su última declaración ante el tribunal.
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