Nos calzamos las zapatillas, las desinfectamos a fondo y comenzamos el entrenamiento. En el gimnasio Denontzat de Irún estaban deseando volver "tenía unas ganas que me subía por las paredes", "habíamos entrenado en casa pero no es lo mismo, teniamos ganas de volver", comentan ... algunos socios.Y para volver de forma segura han marcado las distancias. "cada uno tiene su zona de seguridad con su espacio para que no se toquen entre ellos", explica Asier Landart, uno de los monitores del gimnasio. Javier Arandia, otro de los entrenadores añade que la intención es "que la gente se pueda mover con tranquilidad, que haya mucho espacio". También han extremado la higiene. Cuando se termina el entrenamiento, cada usuario desinfecta el material que ha utilizado y el personal del gimnasio se encarga de hacer lo mismo con las zonas comunes. Para ello, dejan un espacio de 15 minutos entre clase y clase.El aforo también se ha limitado. "Nosotros teníamos grupos de hasta 40 personas y ahora hemos reducido a grupos de 10", explica Landart. Durante la cuarentena muchos centros han impartido clases online, pero el contacto se echaba de menos. "en clase al final con la gente se hace mas ameno mas divertido", comenta una socia. Volver a la rutina ahora incluso apetece.
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