Otro caso calcado al registrado hace siete días en Vitoria. Una joven ha ingresado esta madrugada de viernes, poco antes de las 6.00 horas, en el hospital Txagorritxu de la capital alavesa. Según fuentes policiales, su entrada se ha debido a que sufría «mareos» ... y que «las piernas se le dormían». Esos síntomas le han sobrevenido tras sentir un pinchazo cuando disfrutaba de la música en una céntrica discoteca de la ciudad, atiborrada de clientes en ese momento.
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Al poco de recibir la supuesta punzada, ha comenzado a sentirse mal. Ha salido del local de ocio nocturno y, una vez fuera, ha sido atendida en un primer momento por dotaciones de la Ertzaintza antes de su traslado urgente al principal centro hospitalario de la capital alavesa. En estas dependencias sanitarias la han sometido a varias analíticas. Entre ellas, una de tóxicos con la esperanza de detectar alguna sustancia responsable de su malestar.
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Se trata del mismo protocolo realizado la semana pasada cuando otras dos chicas, de 20 años ambas, denunciaron una situación calcada. Se da la circunstancia de que estos tres pinchazos se han sucedido en el mismo local. A raíz de aquella doble denuncia, de la que ahora se cumple una semana, la Ertzaintza abrió una investigación para esclarecer los hechos. Se supone que esta tercera víctima también denunciará en las próximas horas, con lo que su testimonio se incorporará a las pesquisas ahora en fase embrionaria. Entre otros pasos se han solicitado las imágenes de las cámaras de seguridad de la sala de fiestas para su análisis.
Ninguna de las tres víctimas, deslizan medios policiales, ha visto a los presuntos autores de los ataques. Todos se han producido en un local repleto de jóvenes y sin apenas iluminación.
No hay constancia de más episodios similares en Vitoria, aunque en las últimas fiestas de San Fermín se recogieron ocho denuncias por el mismo motivo. De manera interna, y según ha sabido este periódico, el Gabinete Urtaran ha trasladado a la oposición que podría tratarse de «una moda traída de Francia y que habría entrado en España por Pamplona». Es decir, el equipo de gobierno local maneja la hipótesis de que podría tratarse de «una broma» de mal gusto y no de ataques por sumisión química.
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La semana pasada, las analíticas a las dos chicas atendidas en Txagorritxu dieron negativo. Pudo ser porque no les inocularon nada o por una cuestión técnica. «Los sanitarios nos explicaron que la burundanga (sustancia que anula la voluntad y sume a la víctima en un letargo) no se puede detectar», explicaron estas víctimas.
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