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David S. Olabarri
Sábado, 21 de diciembre 2024, 08:17
Un grupo de chicos del centro de menores de Sopuerta intentó durante la noche del jueves arrebatar el arma a dos ertzainas. Lo hicieron cuando trataron de impedir que los agentes y los sanitarios inmovilizasen en una camilla, con el propósito de trasladar a un ... hospital, a un joven con problemas de salud mental que estaba «fuera de sí». Los policías y los sanitarios fueron «agredidos» y «escupidos» durante la actuación. Ya con la situación calmada, uno de los educadores rompió a llorar cuando iba en la ambulancia.
Fueron los propios trabajadores del centro los que solicitaron el apoyo de la Ertzaintza porque tenían problemas con un chico que llegó hace poco al centro. El chaval había vuelto ese mismo día del hospital tras ser ingresado la noche anterior por un episodio similar al que provocó los altercados del jueves,
Sobre las nueve de la noche, la Ertzaintza recibió una llamada de los educadores del centro de Sopuerta en la que pedían ayuda. Necesitaban inmovilizar y trasladar al hospital a uno de los chicos. En ese momento sólo había una patrulla disponible. Las otras dos unidades de la zona estaban en otra actuación. Los agentes consiguieron reducir al joven. Pero en ese momento, según las fuentes consultadas, un amplio grupo de menores se lanzó sobre ellos para tratar de liberar al otro chico. «Se vivieron momentos de mucha tensión», coinciden fuentes policiales y sanitarias.
Algunos de los chicos trataron de arrebatar el arma a los agentes que estaban tratando de sujetar al joven en la camilla. Las pistolas de los ertzainas cuentan con una funda de seguridad para evitar que alguien se las pueda quitar con facilidad. Pero aún así los policías tuvieron que retroceder para evitar que se las quitasen. En ese momento otros jóvenes consiguieron liberar a su compañero de la camilla a la que estaba sujeto. Sólo había dos cuidadores con una treintena de chicos.
Unos vecinos llamaron a la Ertzaintza alertando de que sus compañeros estaban siendo agredidos y que tenían que mandar refuerzos para ayudarles. También los sanitarios advirtieron de lo que estaba pasando. Finalmente, el joven pudo ser trasladado al hospital en un ambiente de gran tensión.
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