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Ainhoa de las heras
Viernes, 12 de febrero 2021, 14:44
Conchi G., de 56 años, era una mujer abnegada. Madre de un chico y una chica, ama de casa y trabajadora en el comedor de un colegio y en la limpieza, vivía volcada en su familia. Uno de sus hijos le había dado una «nietita» a la que adoraba. «Hasta en el final ha tenido mala suerte», se dolía este viernes una vecina que la conocía desde hacía 40 años, el tiempo que llevaban ambas viviendo en un piso de la cuesta de La Iberia, como se conoce en Sestao a la empinada calle que muere en el muelle de La Benedicta, precisamente donde apareció flotando el cuerpo de 'Juanillo', de 57 años, como llamaban en el barrio al marido de Conchi. La Ertzaintza sospecha que el hombre la mató a hachazos y después se suicidó tirándose a la ría. Las instituciones vascas han condenado el suceso y han recordado que el 900 840 111 es el teléfono de atención a las mujeres víctimas de violencia de género.
Conchi no llegó este viernes a abrir las persianas del balcón y la ventana de la vivienda que dan a la calle. Permanecían cerradas cuando la Policía Científica de la Ertzaintza, los agentes de investigación y la comitiva judicial se encontraban ya en el interior del piso analizando la escena del crimen. Los hijos no sabían nada de sus padres desde la noche anterior. No contestaban a sus insistentes llamadas a los móviles y temían que algo malo hubiera pasado. 'Juanillo' «estaba muy mal. Bebía mucho», apunta la vecina, cuya vivienda comparte pared con la del matrimonio. «Siempre han tenido disputas. Yo les oía», admite la mujer, que no recordaba, sin embargo, haber escuchado ninguna discusión ni gritos en las últimas horas. «Cuando vivía la madre (de él), bajaba y ponía un poco de orden, pero desde que se murió, hace ya unos años, él quedó peor, se dio a la bebida y todo. La que llevaba la casa era ella. Todo el día trabajando».
Unos paseantes avistaron un cuerpo flotando en la zona del espigón que separa la dársena de La Benedicta del cauce central de la ría, sobre las 8.35 horas de este viernes. No se sabe cuánto tiempo llevaba en el agua. El cadáver fue rescatado sobre las nueve y media de la mañana por los equipos de emergencia y se confirmó que se trataba de 'Juanillo'. El cauce se ubica muy cerca, a unos pocos metros, del domicilio de la pareja. Cuando una patrulla de la Ertzaintza acudió minutos antes de la una de la tarde a comunicar el deceso a la familia, descubrieron el crimen. En la sala se encontraba el cadáver de la mujer junto a un hacha, el arma con el que presuntamente se habían provocado las heridas que presentaba en la cabeza.
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La víctima había confesado a su entorno que 'Juanillo' «no estaba bien» en los últimos días y que veía en él comportamientos extraños. Sus vecinos creen que arrastraba una profunda depresión desde que murió su madre. Llevaba años en paro, pero había conseguido un trabajo como peón de albañil en la obra de las torres de Bolueta, aunque se le acabó hace aproximadamente dos meses, según explica uno de sus compañeros, que coincidió con él un día antes de los hechos. Estuvieron tomando una cerveza y un café en un bar de la calle La Iberia. «Hablamos del trabajo», recuerda el hombre, que no notó nada extraño. En alguna ocasión había «tenido que subirle hasta su casa del morón que llevaba». «No me parecía un chaval que pudiera llegar a hacer eso», se extrañaba.
la víctima
el homicida
«Me hace la vida imposible. Me voy a tener que ir a vivir con mi hija», había llegado a confesarle Conchi a una vecina. De origen extremeño, de un pueblo de Badajoz, a él solía vérsele a diario paseando al perro y yendo a comprar el pan. El animal se encontraba en la vivienda cuando fue localizado el cadáver de la dueña. La Policía Municipal de Sestao se hizo cargo de la mascota.
Los hijos de la pareja, que se encontraban junto al portal arropados por amigos y familiares mientras la Policía buscaba evidencias en el domicilio donde se había producido el homicidio, tuvieron que recibir asistencia psicológica. Dos miembros de la Cruz Roja se desplazaron hasta Sestao para intentar asistirles en unos momentos tan difíciles, como la pérdida de ambos padres al mismo tiempo y de una manera tan dramática.
El cuerpo fue extraído por trabajadores de una funeraria sobre las cinco de la tarde y trasladado hasta el Instituto vasco de Medicina Legal, donde está previsto que se le practique la autopsia en las próximas horas. Este sábado está convocada una concentración de repulsa a este nuevo crimen machista, a las 12.00 frente al Ayuntamiento de Sestao. El Gobierno vasco dispone de un teléfono de atención a víctimas de la violencia machista. 900 840 111.
Tenemos que evitar que la pandemia nos impida responder con firmeza ante injusticias tan dolorosas como el asesinato de una vecina de #Sestao.
Idoia Mendia (@IdoiaMendia) February 12, 2021
La lucha contra la violencia de género nos exige no desfallecer en nuestro compromiso. #NiUnaMas#NiUnaMenos
Un abrazo a la familia https://t.co/e5v6RG3sjM
La Diputación Foral de Bizkaia, que ha anunciado que se suma a la concentración convocada por el Ayuntamiento sestaoarra, ha condenado esta muerte y proclamado «la absoluta obligación de erradicar todo signo de violencia, como desprecios, humillaciones y conductas denigrantes contra las mujeres, que son la base del asesinato machista». «Es preciso combatir los abusos del machismo en todos los ámbitos, desde el privado hasta el público, sin descuidar ninguna área de actuación», ha expresado en un comunicado la entidad foral.
Emakunde, por su parte, también ha censurado el asesinato y ha recordado que la violencia contra las mujeres es «la expresión más brutal de la desigualdad entre mujeres y hombres». «Se construye sobre relaciones de dominio y de desigualdad», ha asegurado en un comunicado.
La vicepresidenta y consejera de Trabajo y Empleo, Idoia Mendia, ha pedido que pandemia no impida «responder con firmeza» a «injusticias» como el de Sestao. A través de su cuenta en Twitter, la también secretaria general de los socialistas vascos ha advertido de que «la lucha contra la violencia de género» exige «no desfallecer en nuestro compromiso».
Con Conchi se ha empezado a escribir este año la negra lista de víctimas de violencia machista en Euskadi. Antes que el suyo, los últimos nombres que figuraban en ella eran el de una madre y su hija, Miren de 56 años, y su Paola, 24, que murieron a manos de su marido y padre en su domicilio de Abanto y Zierbena el 11 de marzo de 2020. Ambas fueron degolladas en el chalé familiar del barrio de Sanfuentes. El homicida contó que había acabado con la vida de ambas a un camarero de Santurtzi, a quien incluso entregó las llaves de la vivienda donde se encontraban los cadáveres. El criminal fue localizado horas después en un trastero semiinconsciente. Había ingerido gran cantidad de pastillas con la intención de suicidarse. Fue una horrible noticia tras un 2019 sin asesinatos machistas en el País Vasco.
Sestao vivió una tragedia similar en septiembre de 2017, cuando Noelia Noemi, de 32 años, murió degollada por su pareja, que se suicidó al arrojarse desde un séptimo piso.
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