¿Qué pasará ahora con el menor inimputable del crimen de Castro?

Hay que recordar que este chaval de 13 años fue ingresado a instancias del Fiscal de Menores en un centro de acogida a través del Instituto Cántabro de Servicios Sociales (Icass). Una medida provisional ya que su tutela sigue recayendo en su familia adoptiva, puesto que formalmente no será castigado por participar en el asesinato de la vizcaína Silvia López Gayuba, del que su hermano mayor ya ha confesado su autoría.

El problema es que su padre adoptivo sigue en estado de shock tras la muerte de su esposa, lo que dificulta el hecho de que pueda hacerse cargo del pequeño. Lo mismo podría decirse de su abuela, el siguiente familiar que se podría encargar del cuidado del niño. La mujer, madre de la fallecida, tampoco está ahora mismo en las mejores condiciones anímicas de encargarse del menor.

Por ello, en el centro de acogida el menor será objeto de una primera valoración sobre su estado y las circunstancias familiares que lo rodean antes de dar el siguiente paso en relación a su custodia. En ese sentido, su padre y abuela podrían alegar que no pueden encargarse del cuidado de este menor al no haberse repuesto aún de la tragedia.

Si su padre, de 48 años, y su abuela renunciasen a su custodia, el chaval ingresaría en un centro de menores o en un piso tutelado ante su situación de desamparo. En ese sentido, el fiscal entendería que sería mejor para el niño no estar al cuidado de su progenitor, que estaba trabajando en una fábrica de metalurgia en el momento de los hechos, teniendo en cuenta que sería para él muy difícil de superar que fue uno de los responsables directos de la muerte de su esposa.

Los dos hijos de la mujer que apareció asesinada el pasado miércoles en el interior de un coche en el garaje de su domicilio, en la calle Monte Cerredo, en Castro Urdiales, fueron detenidos horas después como presuntos autores del crimen. La víctima, Silvia López Gayubas, de 48 años, fue hallada con una bolsa en la cabeza, con signos de violencia y una cuchillada en el cuello. La Guardia Civil y la Policía local montaron un gran dispositivo, con varios controles en distintos puntos del municipio cántabro para tratar de encontrar a los hermanos, de origen ruso y adoptados, hasta que los hallaron tras cinco horas de rastreo escondidos en los acantilados del parque Cotolino.