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Iñaki Juez
Miércoles, 28 de febrero 2024, 08:47
Alarma en Leioa. Seis vecinos han tenido que ser atendidos por inhalación de humo tras desatarse un incendio en un garaje comunitario de dos plantas en el número 14 de la calle Langileria, en el barrio de Lamiako. Unos 160 residentes de siete portales de ... viviendas han tenido que ser desolojados por el fuego que se inició sobre las 4.15 de la madrugada de este miércoles por causas que todavía se desconocen.
Quince coches que estaban estacionados en la primera planta del garaje han resultado dañados por el fuego. Otros vehículos han resultado afectados, ya que se ha desprendido el hormigón del techo del garaje encima de ellos, según confirmaban los bomberos. Asimismo, el edificio siniestrado no tiene agua al quedar lo desagües inutilizados y se ha producir el derrumbe de una pared de un trastero.
Por otro lado, uno de los vecinos afectados por inhalación de humo ha tenido que ser trasladado al hospital de Urduliz, aunque no se teme por su vida. El resto regresaban a sus hogares poco a poco tras comprobar que el fuego no se extendía a las viviendas.
Precisamente, la rápida actuación de uno de los vecinos, que tocó todos los timbres de las viviendas, construidas en 2019, evitó una desgracia mayor. Muchos se despertaron alertados «por un ruido como de petardos, de explosión», describieron algunas personas alertas también por la gran humareda «provocada por el incendio de los coches. Ha sido muy aparatoso», explicaba el director de Emergencias de la Diputación, Pedro Luis Izaga en el lugar de los hechos«.
«Los primeros que nos hemos asomado a la ventana no veíamos lo que sucedía y nos íbamos a quedar en casa, pero el vecino que ha avisado a todos nos ha dicho que bajásemos porque había un incendio y que no cogiéramos el ascensor», recordaba Marta Almeida, residente en el número 12.
«Estábamos durmiendo y salimos a la calle con el miedo en el cuerpo por lo que ha sucedido en Valencia», reconocía otro residente. «Como es encima de mi casa, he podido avisar a los demás vecinos», añadía esta persona, que ha perdido una furgoneta y el coche de su mujer. «No sabemos ni cuándo podremos entrar en el garaje, no sé nada más. El bombero nos ha dicho que han librado una de las dos hileras. La mitad del garaje se ha quemado entero», se lamentaba.
Otro vecino ha perdido «el golf de hace 1 año...». «Lo importante es que no ha pasado nada, aunque a ver ahora, te quitas una cosa y ahora esto», reconocía con resignación. «Por lo menos, los del primer año tienen más fácil para cobrar del seguro, ¡a ver los demás!», le trataba de consolar otro residente.
Los bomberos han extinguido ya el fuego, pero todavía se encuentran en el lugar para ventilar la zona, una operación que está costando más de lo habitual al carecer de salida de humos. Asimismo, hubo una fuga importante de agua que también se ha tenido que solucionar. Al lugar de los hechos han acudido dotaciones de los parques de Artaza, Derio y Urioste. También están todavía presentes una patrulla de la Policía Local en la rotonda que da acceso a la barriada. El acceso al número 18 de la calle sigue cortado y una patrulla de la Ertzaintza también está presente en las inmediaciones del garaje.
Txiki, el propietario de una frutería cercana al garaje siniestrado, fue uno de los vecinos que tuvieron que ser desalojados de sus domicilios, muchos de ellos en pijama. «Se nos vino a la cabeza el incendio de Valencia», reconoce aunque en general los ánimos de la gente que salió de sus casas fue bastante bueno al ver que el fuego no se extendía a los bloques de casas. «Estuvimos bastante tranquilos y nos atendieron muy bien. Nos repartieron café y bebidas calientes para que no pasáramos frío», añadió.
En ese sentido, se trató de que las personas más mayores no pasaran frío. «Los servicios sanitarios se los llevaron con ambulancias y coches al hogar del jubilado», explica otro vecino que recuerda que en el momento del desalojo «empezó a llover», por lo que algunos tuvieron que resguardecerse en una parada de autobús cercana.
Los bomberos tuvieron que atender a los vecinos que estaban en la calle para ponerles a salvo antes de iniciar las labores de extinción del fuego, tal y como explicaba Izaga. «Nos ha llamado la atención ver a tanta gente fuera cuando lo habitual es que la gente se quede confinada en sus casas», señalaba el director de Emergencias.
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