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Óscar Beltrán de Otálora
Domingo, 14 de abril 2024, 09:36
Desde hace cinco años, el cigarrillo tiene un enemigo y los fabricantes de tabaco un aliado. Las 'nicotine pouches', un producto que también puede bautizarse como bolsas de nicotina o, siendo más rebuscado, 'snus' –su designación habitual en los países escandinavos, de donde proceden–, han ... asaltado al mercado y se han convertido en un objeto de debate, tanto sanitario como político.
Estas bolsitas, cada vez más presente en los estancos, se consumen como si se tratase de un tabaco de mascar, pero su uso es menos desagradable. Los envoltorios se colocan dentro de la boca, entre la mejilla y las encías, para que vayan liberando de forma lenta una dosis de nicotina mezclada con sabores afrutados. La sensación que producen es la misma que la que provoca un cigarrillo, pero sin el humo, la ceniza y el olor. Aunque la nicotina que tiene cada una de estas bolsas puede variar, en su mayoría superan los diez miligramos. Y un cigarrillo contiene tan solo un miligramo. Por ello, las 'nicotines pouches' se recomiendan como ayuda para dejar de fumar aunque en realidad lo que consiguen es cambiar de adicción.
Pese a que se trata de un fenómeno moderno, la historia de estas bolsitas es bastante antigua. Se comenzaron a fabricar hace dos siglos en Suecia, donde se bautizaron como 'snus'. Lo que contenían las 'pouches' era tabaco mezclado con salmuera y aditivos como el vino. Su objetivo era acceder al tabaco mientras se tenían las manos libres para trabajar en el campo. El 'snus' lo permitía.
El 'snus' se convirtió en un producto popular en países como Suecia. Es paradójico, pero en 1992 fue prohibido por la Unión Europa, aunque el país escandinavo mantuvo su propia regulación para que el 'snus' fuese legal y pudiera seguir consumiéndose. Allí vence a los cigarrillos y, como estos, se venden en máquinas expendedoras. Lo que ha sucedido mientras tanto es que Suecia se ha convertido en el país de Europa con la menor tasa de tabaquismo, situada en la actualidad en el 5,6% de la población. La Organización Mundial de la Salud ha propuesto como meta global que los países alcancen el 5% en 2040, lo que se consideraría una sociedad libre de humos. Suecia está a punto de conseguirlo. Ylo ha hecho rápido: en 15 años, desde 2008, ha reducido su porcentaje de forma radical. Entonces era del 15%. En Europa, la cifra media es un 23%. En España es del 27,6% en hombres y del 18,6% en mujeres. Suecia, además, es el país europeo en el que las muertes por cáncer de pulmón no son las más prevalentes en los hombres, como sucede en otras naciones.
A la hora de convertirse en un negocio del siglo XXI, el 'snus' tenía el problema del tabaco. Como anécdota, muchos jugadores de la Premier y de la liga francesa, como Karin Benzema, han aparecido en público –incluso durante los partidos– con bolsas de tabaco sueco entre los labios. Sin embargo, la prohibición dictada por la UE hizo que se tratase de una actividad ilegal.
Mientras tanto, en Estados Unidos, una gran tabacalera como Philipp Morris –fabricante de Marlboro, entre otras marcas– fue consciente de que su principal producto, el cigarrillo, tenía las horas contadas ante las cada vez más restrictivas legislaciones contra su producto. La empresa americana puso entonces sus ojos en un conglomerado sueco muy especial: Swedish Match.
Esta firma –'las cerillas suecas'–creada en el siglo XIX se había especializado en el tabaco y en los fósforos. Llegó a ser un monopolio del Estado, pero se fue privatizando mientras se diversificaba y creaba las 'nicotine pouches'. Se trataba del clásico 'snus', pero ya solo con la nicotina. Tan legal como los parches o los chicles para dejar de fumar.
En 2022, Philipp Morris compró Swedish Match y comenzó a distribuir uno de sus productos estrellas: Zyn, una marca de bolsas de nicotina. La entrada de la tabacalera estadounidense en este negocio hizo que más marcas comenzaran a buscar su pedazo de la tarta.
Las 'nicotine pouches' comenzaron a verse en estancos y comenzaron a ocupar espacios públicos más amplios y relevantes. La escudería de Formula 1 McLaren, por ejemplo, está patrocinada por un fabricante de este sucedáneo del tabaco de mascar. La previsión es que este negocio crecerá a un ritmo del 30% anual los próximos años hasta alcanzar un volumen de negocio de 15 mil millones de dólares.
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