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J. F.
San Sebastián
Miércoles, 20 de marzo 2024, 07:05
El mapa de la simpatía entre ciudadanos de distintas regiones en España está menos polarizado de lo que podría pensarse, pese a que haya notorias diferencias. Así lo recoge el informe 'Polarización y convivencia en España, el papel de lo territorial' (Esade) de Amuitz Garmendia y Sandra León, que muestra que las mayores simpatías en general son para los andaluces y que la menor afinidad es para los catalanes.
Ambas profesoras de la Universidad Carlos III de Madrid han estudiado cómo se perciben los ciudadanos de diferentes comunidades autónomas y la conclusión es clara: «los que caen peor son los catalanes», según ha señalado la académica vasca a las cámaras de Noticias Cuatro al referirse a su estudio. Por el contrario, andaluces y asturianos son los que mejor caen al resto de españoles, «aunque no tenemos ni idea de por qué es».
En general, ha destacado Garmendia, «los ciudadanos se sienten tan españoles como orgullosos de su región, salvo en Euskadi y Cataluña, donde hay una mayoría que tiene una identidad más regional que dual». Su estudio, publicado en 2021, constata además que expresamos sentimientos de afecto más alto hacia los miembros de la misma comunidad autónoma.
La intensidad de afecto varia, no obstante, entre regiones, «aunque los sentimientos no son extremos» pues la mayoría oscilan, en promedio, entre posiciones moderadas (40 y 60 puntos). Y los habitantes de Cataluña son los que despiertan menos afecto entre sus conciudadanos en el resto del Estado, algo que se agudiza entre los madrileños, con un índice del 45,2 de afecto, que al contrario es del 50,4. Solamente en Euskadi a los catalanes se les percibe con un afecto superior a la media (56,3) El punto mínimo lo marca el 'cariño' de extremeños hacia catalenes (34,7).
Extremeños y gallegos son por otra parte los que expresan un mayor afecto hacia los habitantes de sus propias comunidades, mientras que los vascos simpatizan entre sí con una puntuación de 73,8. En Euskadi simpatizamos después de con nosotros mismos, con gallegos (63,6) y andaluces (62,5). Un 'amor' no correspondido, pues los andaluces tienen una afinidad hacia los vascos del 50,9 que es solamente empeorada por el sentimiento que nos profesan los extremeños, un 46,3%.
El informe también recoge que «el contexto familiar modifica la identidad territorial». Así, menciona que quienes tienen padres nacidos en otra región tienden a manifestar identidades más españolas. Además, se señala que cuando los individuos están más expuestos, por motivos familiares, a la interacción con ciudadanos de otros territorios, es más probable que desarrollen identidades menos identificadas con la región en la que residen.
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