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Ahorro Familiar con Eroski

Frescos de temporada, come bien y ahorra

Si consumimos los alimentos respetando su ciclo natural los disfrutaremos en su punto óptimo de sabor y nutricional, y, además, lo notaremos en el bolsillo

Iratxe Bernal

Lunes, 12 de febrero 2024, 09:34

Si en tu casa se come más o menos lo mismo durante todo el año, es hora de que te replantees un cambio e introduzcas en tus recetas productos frescos de temporada. Cada alimento tiene su ciclo con arreglo a la climatología y la tierra o aguas donde se cultiva o captura. Esto quiere decir que si los consumimos respetando ese ciclo natural los disfrutaremos en su punto óptimo en cuanto a sabor, características organolépticas y propiedades nutricionales. De modo que ganaremos en salud y gusto, pero también lograremos ahorrar porque una cesta de la compra basada en estos productos siempre resultará más económica. Así que hoy te proponemos que salgas de la rutina y dejes que el calendario llene de variedad tu cocina.

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Ni la receta más elaborada ni el buen hacer del mejor chef son nada si no contamos con el mejor género. De ahí que para los paladares más exigentes no haya placer comparable a 'reencontrarse' con algún producto. Prescindir de él durante algunos meses para después disfrutarlo en todo su esplendor. Las primeras alcachofas, tomates, setas, cerezas o habitas, el inicio de la costera del bonito, la sardina o la anchoa, o incluso la famosa regla de meses con 'r' y el marisco marcan el cambio de estación en sus menús, de modo que unas elaboraciones dejan paso a otras a medida que van cambiando las estaciones y la materia prima va rotando.

Calendario de alimentos

Pero la variedad en la mesa no sólo está garantizada por esa rotación; también está asegurada por la inmensa cantidad de productos estacionales que podemos encontrar en supermercados. ¿Y cómo saber lo que es de temporada y lo que no? Fácil. Basta con consultar cualquier 'calendario de alimentos' (como éste disponible en la web de Eroski) para saber qué frutas van a ser las más refrescantes en verano o con qué verduras podemos hacer la mejor crema. Aunque si quieres alguna clave, apunta por ejemplo que las hortalizas de invierno ofrecen como parte comestible las hojas, los bulbos o las raíces (acelgas, espinacas, puerros, coles, coliflor, ajos, cebollas, rábanos…), mientras que las verduras de verano se caracterizan porque su parte comestible es el fruto (calabacín, pimiento, pepino, tomate…).

Por otra parte, su incorporación a nuestro menú, además, es muy sencilla incluso cuando ya tenemos una planificación muy 'armada' creada a base de prueba y error con los gustos de los peques de la casa, el tiempo que tenemos disponible para cocinar o la frecuencia con la que hacemos la compra. En muchas elaboraciones podemos mantener el elemento principal (carne o pasta, por ejemplo) e introducir los productos de temporada en algunas fases de la preparación o las guarniciones. Y, desde luego, también nos ofrecen la posibilidad de innovar. Los productos de temporada son la base de la cocina tradicional, pero no se limitan a ésta. Basta con echar un vistazo en Internet para encontrar recetas que darán originalidad a nuestra cocina y enamorarán a quien te propongas.

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Mantener a raya el presupuesto

Además, en este caso, calidad y buen precio van de la mano. Basar nuestra alimentación en productos de temporada es un buen consejo para mantener a raya el presupuesto doméstico. Ya sabes, la ley de la oferta y la demanda; comprar en el momento de mayor producción o disponibilidad permite conseguir precios más bajos. Sumemos también (o restemos, mejor dicho) los gastos logísticos. Generalmente, cuando hablamos de productos de temporada hablamos también de proximidad, lo que a su vez se traduce en sostenibilidad (implica que se consume menos energía tanto en su transporte como en su refrigeración), trazabilidad y confianza.

A la hora de hacer la compra es importante tener en cuenta dos claves. La primera es acudir a establecimientos que te garanticen su disponibilidad y buen precio. Es el caso de Eroski que, además de apoyar a los productores locales, han bajado los precios de cientos de productos para que no haya excusas en incorporar más frescos y disfrutar de un menú completo, saludable y económico.

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Por otra parte, hay que tener un poco de organización. No sirve de nada llenar el carrito de excelentes productos frescos si después no los consumimos con relativa inmediatez o, en todo caso, los preparamos para conservarlos debidamente. Podemos congelarlos (ya sea al natural o en platos ya preparados) pero también recurrir a otras técnicas como el baño maría (pasteurización casera), el escabechado, la deshidratación o el encurtido

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