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Pedro Miguel Echenique Lobo Altuna
Pedro Miguel Echenique: «Si no somos más inteligentes, seremos más pobres»
Etorkizuna Eraikiz

Pedro Miguel Echenique: «Si no somos más inteligentes, seremos más pobres»

Pedro Miguel Echenique es el presidente de Donostia International Physics Center (DIPC)

Mirari gómez

Martes, 29 de enero 2019, 19:12

-¿Qué quería ser de mayor?

-No recuerdo tener una inclinación decidida por algo concreto. Las ciencias me parecían más fáciles que las letras. Mis padres, él médico y ella maestra, me inculcaron la importancia de una buena educación para ganarme la vida y para disfrutar de ella plenamente. Quería alcanzar ese tipo de educación.

-Y hoy, ¿qué es lo que más le preocupa del futuro?

-Tengo preocupaciones cercanas, como el futuro de mis hijas, el bienestar de mi familia y amigos, el futuro de los proyectos en los que estoy involucrado o nuestro desarrollo social, económico, cultural y lingüístico como pueblo. También hay temas generales que me preocupan, como el crecimiento de la intolerancia, el populismo y los fundamentalismos. Como físico, por ejemplo, me inquietan las armas nucleares y, sobre todo, el equilibrio con el entorno natural. Además, me preocupa y me ilusiona la revolución tecnológica disruptiva que veo venir. Quisiera dejar un mundo mejor: más próspero, más solidario y más justo.

-¿Cómo cree que evolucionará el ámbito de la ciencia?

-El futuro de la ciencia y muchas de sus consecuencias son imposibles de prever. Hoy en día, miro a lo que creía que iba a pasar diez años antes y veo que no acerté. Sin embargo, sí veo que aumentará el componente colaborativo de la ciencia, por la que la mujer tendrá un peso creciente pues, en mi experiencia, saben combinar mejor competitividad, colaboración y ayuda mutua.

-¿Cómo se ve dentro de 10 años?

-Me veo disfrutando de mi tiempo, mi trabajo, mi familia, mis amigos y mi entorno, pero la verdad es que no me paro a pensar mucho en eso. Disfruto de lo que tengo, que no es poco, y miro hacia el futuro con optimismo.

-¿Y cómo se imagina Gipuzkoa en ese plazo de tiempo?

-Quién sabe. El futuro es impredecible. Espero que próspera, solidaria y abierta al mundo, pero sin olvidar sus raíces. Un territorio que combine el desarrollo económico con la integración social y en el que se pueda vivir libremente en euskera, de forma real y electiva.

-¿Qué considera que se puede hacer desde el ámbito institucional para mejorar el bienestar colectivo?

-Las instituciones son instrumentos decisivos para ayudar a crear un entorno adecuado para que la sociedad progrese, pero el trabajo es esencialmente nuestro. Nuestro bienestar depende en gran parte de nosotros mismos. Es importante avanzar en educación, ciencia y tecnología. Si no somos más inte-ligentes, seremos más pobres.

-«El futuro es mujer». ¿Qué le sugiere esta afirmación?

-El futuro será de todos, tanto hombres como mujeres. Que las mujeres ocupen y recuperen el sitio que les corresponde va a transformarlo todo: cultura, educación, política y, por supuesto, ciencia. Nos transformará también a todos y todas. El DIPC ya ha empezado a cambiar y está haciendo su primer plan de igualdad.

-¿Qué aspectos no deben perderse de vista para asegurar una sociedad de bienestar en el futuro? ¿Qué papel debería desempeñar la política en todo ello?

-Conocimiento y comportamiento. Ello conlleva crear riqueza y respetar a los que la crean; y exige no abandonar y cuidar a los que se quedan atrás. Algo por lo que, con todos sus defectos, me siento orgulloso de ser europeo. La política tendrá un lugar esencial, por lo que los políticos deben ser respetados. Una sociedad que no respeta a aquéllos a los que encarga articular su convivencia y su progreso no está bien enfocada.

-¿Qué opinión le merece el programa de la Diputación 'Etorkizuna Eraikiz'?

-Es una estrategia inteligente porque busca incorporar a la sociedad la deliberación pública y se preocupa por introducir una nueva agenda política. Destacaría que no se ha limitado a la retórica y que se están desarrollando proyectos interesantes haciendo partícipes a agentes clave para el futuro del territorio. Hay que seguir apostando por hacer las cosas bien. Eso es construir el futuro.

-¿Cómo se lleva la conciliación laboral en el ámbito científico?

-Supongo que de la misma manera que en otros ámbitos: con esfuerzo y dedicación. Es un esfuerzo con gran recompensa.

-Tenemos una sociedad más envejecida, pero con personas mayores más activas. ¿Cómo podemos aprovechar ese conocimiento y voluntad de aportar de la generación de mayores?

-Creando nuevas oportunidades personales e institucionales para que colectivos que tienen mucho que aportar lo hagan.

-Gipuzkoa se ha convertido en polo de desarrollo científico y de innovación. ¿Cree que nuestro futuro pasa por ahí?

-No solamente, pero por ahí sí. La cultura del futuro va a ser, en gran parte, científica-tecnológica y solo las sociedades que sean conscientes de ello y cuyas clases políticas y empresariales actúen en consecuencia serán protagonistas de su futuro. Esto exige controlar la impaciencia del ignorante, aunque sea bien intencionado, y continuidad en las acciones. Soy optimista. Un optimismo basado en hacer las cosas bien, sin autocomplaciencia, con visión a largo plazo, competencia técnica y altura moral, con austeridad, huyendo de burocracias, evitando el despilfarro y sin camuflar la dura realidad. Auguro un buen futuro, pero hay que actuar responsablemente. El futuro no está garantizado, debemos seguir construyéndolo.

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