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Lunes, 16 de enero 2023, 12:47
Según explica la coordinadora de Infantil de Jesuitak Donostia, Itziar Alvarez, trabajar y desarrollar habilidades vinculadas a la motricidad fina, la percepción visual o la lateralidad, entre otras, durante la etapa de Infantil, puede ayudar a prevenir problemas habituales de lectoescritura en el futuro.
¿Qué letra es esta? ¿Cómo se escribe mi nombre? Las ganas de aprender de los niños y niñas no entiende de etapas educativas. Aunque el aprendizaje de la lectoescritura es una habilidad que se trabaja principalmente en la etapa de Primaria, hace algunos años, el equipo de Infantil de Jesuitak Donostia se dio cuenta de que sus alumnos y alumnas necesitaban algo más, de que era necesario enriquecer el proyecto de lectoescritura en Infantil.
«Los niños y niñas viven rodeados de letras y palabras, es normal que sientan curiosidad, que pregunten, que les genere interés. Cuando detectamos esto vimos claro que debíamos aprovechar y potenciar esa curiosidad, que debíamos dar respuesta a esta necesidad que nos planteaban y reflexionar sobre cómo estábamos trabajando hasta entonces la lectoescritura y cómo podíamos mejorar y diseñar un proceso pedagógico basado en impulsar esa curiosidad» explica Itziar Alvarez, coordinadora de Infantil. Así comenzó un proceso de investigación y diseño que se ha convertido en el proyecto de lectoescritura que han implementado en los últimos años en la etapa de Infantil.
Según explica Itziar Alvarez, es un proyecto propio diseñado a medida en el que desarrollan la lectoescritura de forma global. Tras estudiar a distintos autores y ver diferentes modelos, han identificado cuatro principales áreas de trabajo: la conciencia fonológica, es decir, la identificación de los sonidos; el lenguaje, la lectura y la escritura. En la etapa de Infantil, la lectura y la escritura están basadas en la prelectura y la preescritura.
Estos 4 aspectos se trabajan de forma dinámica, a través del juego, principalmente manipulativo, que es la forma más eficiente que tienen los niños y niñas de aprender. «Lo más importante no es que escriban o que lean; lo más importante es que se sientan motivados con las actividades que proponemos, porque mientras ellos y ellas sienten que juegan y disfrutan, nosotras sabemos que están cumpliendo con los objetivos pedagógicos establecidos» resalta Itziar. Aunque el proyecto de lectoescritura no tiene como objetivo que todos los alumnos y alumnas finalicen la etapa leyendo y escribiendo, Itziar destaca que la mayoría lo consigue.
Otro de los aspectos clave de este modelo es el trabajo de las destrezas como base de la prelectura y la preescritura. En el proceso de investigación que llevaron a cabo en Jesuitak Donostia, se dieron cuenta de que antiguamente se trabajaban las destrezas para aprender a leer y escribir. Sin embargo, es un aspecto que se había ido perdiendo para potenciar otros aspectos muy centrados en el aprendizaje de las letras o en la escritura, el famoso, «m» y «a» es «ma».
«Trabajar destrezas como la percepción visual, la asociación, la lateralidad o la motricidad fina son esenciales» dice la coordinadora. Además, hay infinitas formas de trabajar estas destrezas. «Pensamos que para aprender a escribir lo más importante es escribir. Sin embargo, previamente es necesario preparar la mano, la fuerza, la precisión, el gesto de la pinza, etc. habilidades de motricidad fina que se pueden trabajar haciendo collares, impulsando que trabajen con pinzas, por ejemplo, creando un tenderete en el que tiendan ropa; comer utilizando palillos chinos o, incluso, jugando a pescar con ellos…
Las y los expertos dicen que el desarrollo de estas destrezas, sobre todo en Infantil, pueden contribuir a evitar problemas que aparecen en la etapa de Primaria vinculados a la lectoescritura. Por eso, el proyecto de lectoescritura que han diseñado desde Jesuitak Donostia pone el foco, también, en el desarrollo de estas destrezas.
El último aspecto clave de este proyecto es que no se limita a un momento concreto durante el día. La lectoescritura está presente en nuestra vida de forma transversal, por eso, también lo está durante la jornada de los alumnos y alumnas. A primera hora, cuando trabajan las destrezas en los «txokos», siempre hay espacios orientados a trabajar las destrezas previamente mencionadas. En el Momentu Biribila que sigue a esta dinámica, el protagonista del día realiza algunos ejercicios como escribir su nombre, el día, etc.
Después pasan a trabajar la lectorescritura de forma específica, donde realizan ejercicios concretos y actividades enfocadas a trabajar las letras, las palabras, etc. Y, durante el resto del día, el desarrollo de la lectoescritura sigue estando presente, por ejemplo, cuando trabajan en los proyectos.
Según Itziar Alvarez, «cualquier momento es bueno para aprender una nueva palabra, escribir o potenciar la lectura, sobre todo, cuando hay curiosidad y ganas de aprender». Los alumnos y alumnas están realmente motivados, la lectoescritura se ha convertido en una asignatura atractiva y divertida, y eso se traduce en resultados.
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