Lanperna, un bar-restaurante enfocado en el mar, con garantía del sello Sagastume

Apenas un mes después de haberse inaugurado, Lanperna se ha confirmado como una de las grandes aperturas hosteleras de la capital guipuzcoana en lo que llevamos de año. Se confirma así el acierto de la apuesta realizada por la familia Sagastume de llevar el excelente género fresco de su pescadería-marisquería a un bar-restaurante enfocado en el sabor a mar.

Ubicado en la céntrica calle San Marcial donostiarra, en lo que fue el clásico Alustiza, Lanperna es el proyecto que ha supuesto el gran salto de la venta a la cocina de Sagastume, histórica firma de mariscos y pescados que, ubicada en la esquina del Boulevard con la calle Legazpi, lleva casi 85 años sirviendo lo mejor del mar a nuestras mesas.

Ahora, gracias a la puesta en marcha de Lanperna, las mesas y la barra en las que catar ese excelente género marino corren a cargo de la propia familia Sagastume. La tercera y cuarta generación de la saga, representada por el matrimonio formado por Félix y Ana, y el hijo de ambos, Joseba, ha apostado por un negocio hostelero que, en formato bar-restaurante, permite degustar la calidad y la frescura del género llegado directamente de su pescadería-marisquería y que es cocido cada dos horas. Degustar sí, pero también admirar, gracias a que su barra cuenta con un amplio mostrador en el que se expone el producto a preparar y servir, así como también tienen un vivero propio de agua marina.

Este «ilusionante» proyecto, avalado por la garantía del sello Sagastume, está basado en una inconfundible cocina de producto en la que la materia prima marina es tratada con todo el respeto que un producto de esas características merece, en aras de mantener todo su sabor y calidad.

A ello se dedica un equipo profesional que, encabezado por el propio Joseba, ha contado con el asesoramiento y el apoyo de un referente en la gastronomía mundial como Martín Berasategui, entre otros muchos profesionales, que «nos han brindado su ayuda y conocimiento» a la hora de definir los platos que componen la carta.

Así Lanperna ha logrado construir una oferta gastronómica de indudable calidad y sabor a mar que se materializa en una amplia a disfrutar tanto en su espacio de bar, donde tomar el aperitivo o comer en un ambiente más informal habilitado con barras anchas y cómodas; como en su zona de restaurante, con mesas en las que disfrutar de una experiencia más relajada y pausada sobre un mantel.

En cualquiera de las fórmulas la satisfacción está más que garantizada. Lanperna es un lugar al que volver mil y una veces, gracias a propuestas tan variadas como atractivas entre las que podemos encontrar desde platillos de kiskillas o karrakelas, hasta fritos espectaculares como sus croquetas de txangurro o mejillones rellenos. Todo ello, por supuesto, de elaboración totalmente artesanal y propia y con gran presencia también de la brasa, protagonista en propuestas más selectas como lo son los carabineros, las cigalas vivas y el bogavante. Y si hablamos de bogavante no se puede obviar uno de los platos estrella en este primer mes de aventura: los huevos rotos con medio bogavante. Un espectáculo que no puedes dejar pasar.