Miércoles, 28 de febrero 2024, 12:51
Gipuzkoa tiene mucho tirón y las cifras así lo confirman. El territorio, con Donostia como punta de lanza, pero con una costa y con un interior que también son verdaderos polos de atracción para muy diferentes perfiles de turistas, tiene un gran atractivo, tanto por sus paisajes como por sus servicios.
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Las cifras, además, así lo confirman y, de acuerdo con los últimos datos del EUSTAT ofrecidos a mediados de enero, son de récord. El año pasado, 1.495.514 personas visitaron Gipuzkoa, lo que supone un incremento de 8,8 puntos respecto a 2022; y hubo 2.982.581 pernoctaciones, un 10,3 % más que el año anterior. En la Comunidad Autónoma del País Vasco, las entradas representan un 40,6 %, mientras que las pernoctaciones son el 41,3 % del total.
Cabe destacar que Donostia recibió a más de 960.000 turistas el año pasado y que del total de visitantes que tuvo Gipuzkoa, 726.505 tenían un origen estatal, mientras que 769.009 eran de origen extranjero. Esta tendencia choca con la de Bizkaia y Álava, donde reciben más turistas nacionales que foráneos.
Estos buenísimos datos tienen muchas perspectivas para ser explicados. Una de ellas es la indudable belleza de nuestro territorio. Otra, los servicios que ofrece, entre los que destacan, claro está, la propia hotelería, pero también una gastronomía que es una referencia a nivel mundial. También habría que señalar que, tras la pandemia, los viajes han crecido mucho.
Pero tampoco sería justo obviar las diferentes estrategias que las instituciones locales, territoriales y autonómicas han puesto en marcha en los últimos tiempos para colocar a Gipuzkoa y sus municipios como un destino referente. Gipuzkoa es pequeña e intensa, ya que en sus 2.000 kilómetros cuadrados tienen cabida 86 kilómetros de costa, un interior verde que otorga muchísimas posibilidades, una capital cada vez más cosmopolita y un patrimonio histórico y artístico que asombra y atrae.
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También se ha apostado por un turismo sostenible, que respeta nuestra naturaleza y nuestras costumbres y que pone en valor el mundo rural, tan importante en Gipuzkoa. Respeto al medioambiente y a la cultura local, son dos de los principales rasgos característicos de un modelo turístico.
Además, también se ha priorizado la accesibilidad, buscando ser un destino preparado para atender las necesidades de visitantes con diversidad funcional física y, por ello, la mayoría de los recursos turísticos tienen un alto nivel de accesibilidad. Se trata de una sensibilidad que permite a estos visitantes disfrutar plenamente de nuestro territorio.
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