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Espacios abiertos, y compartidos en el edificio del BBF. FÉLIX MORQUECHO
El lugar en el que se sueña con el golpe gong

El lugar en el que se sueña con el golpe gong

Para averiguar cómo serán los cooperativistas del futuro, no hay más que asomarse a este espacio innovador y loco

Julio Díaz de Alda

San Sebastián

Sábado, 5 de diciembre 2020, 07:53

Si alguien te dice que su facultad está construida y concebida bajo el concepto del 'Lasagna Model', no salgas corriendo a buscarle un psiquiatra. Síguele. Puede que te lleve al Bilbao Berrikuntza Faktoria (BBF), un proyecto de Mondragon Unibertsitatea que, tras el 'shock' inicial para todo aquel que luzca por encima de las cuarenta primaveras, ofrece una imagen muy certera de cómo serán los cooperativistas del mañana y, por añadidura, de cuáles serán las claves de la economía social en la Euskadi del futuro. Si se permiten los 'spoilers', la palabra clave es 'conexión'.

Antes de caer en la tentación de explicar directamente que aquello es un proyecto que reúne -en un mismo espacio y más revueltos que mezclados- a estudiantes, empresas, emprendedores, clústeres, inventores y profesores en total armonía, resulta quizás más sencillo relatar lo que uno se encuentra al cruzar el umbral. De entrada, habrá que decir que lo primero que se puede hacer en el BBF es tomarse una cerveza o un café en lo que parece un bar. De hecho, es un bar abierto al público, aunque si uno se fija, justo al lado de una maquinita de videojuegos Arcade (los que funcionaban con una moneda de 25 pesetas) y al lado de los sofás, dos chicas charlan -con una cerveza en la mano y sendos portátiles en las rodillas- de los planes que, junto a sus compañeros 'leinners', están ultimando para su empresa.

Aquí se esconde parte del secreto. En esa extraña palabra que acabamos de presentar y que hace referencia a los estudiantes de Liderazgo, Emprendimiento e Innovación (LEINN), que es el único grado universitario oficial e internacional sobre emprendimiento que existe en España, basado en una de las metodologías educativas más innovadoras procedente de Finlandia. ¿De qué se trata? De aprender haciendo, de emprender en equipo y de viajar para seguir aprendiendo.

Son chavales que, desde el primer curso, crean una empresa real (la nueva ley de cooperarativas da amparo, por fin, a esta figura) que -atención- han de levantar, sostener y hacer crecer. Es más, están obligados a facturar al menos 15.000 euros.

Serán quince golpes al gong de la segunda planta; ese que, construido con un sencillo palé y pintado de rojo, todos sueñan con golpear al menos quince veces para demostrar que lo suyo va en serio. Por si esto del gong no resulta atractivo, diremos que el LEINN es un grado universitario con una empleabilidad de casi el 100%.

A la izquierda: José Mari Luzurraga, de MondragonTeam Academy. Al fondo, el famoso y ansiado gong. A la derecha: Iñigo Larrea, responsable de Gestión del Talento de Mondragón.
Imagen secundaria 1 - A la izquierda: José Mari Luzurraga, de MondragonTeam Academy. Al fondo, el famoso y ansiado gong. A la derecha: Iñigo Larrea, responsable de Gestión del Talento de Mondragón.
Imagen secundaria 2 - A la izquierda: José Mari Luzurraga, de MondragonTeam Academy. Al fondo, el famoso y ansiado gong. A la derecha: Iñigo Larrea, responsable de Gestión del Talento de Mondragón.

Dejando a un lado el bar, empiezan a surgir salas (más o menos parecidas a un aula) que se entremezclan con pequeñas oficinas de 'startups' que nada tienen que ver con Mondragon Unibertsitatea (o sí), pero que encuentran allí el mejor lugar del mundo para vivir; al fin y al cabo, el talento y la creatividad fluyen por los pasillos. Lo mismo encuentras un muestrario de piezas en 3D diseñadas por emprendedores que productos reales a la venta o -y esto merece la pena verlo- las nuevas motos eléctricas e inteligentes de Ox Ryders, creadas por Valeria, Adían y Martín después de viajar como 'linners' a Estados Unidos y China. Si quieres, puedes comprar una. «Estamos en la calle de la innovación», explica Ziortza Olano, responsable del centro, que muestra orgullosa el lugar mientras recuerda a la chavalería las normas por la pandemia.

Llegados a este punto, quizás te vayas haciendo ya una idea de la apuesta más innovadora de MU. Aunque la 'locura' sigue en los pisos superiores, en los que cada hueco es hábil y ofrece una oportunidad (incluso una esquina 'cerrada' con enormes tiras de plástico transparente, conocida como 'La Carnicería') para desarrollar ideas y proyectos. En la segunda planta están los 'linners', que no estudian sino que entrenan, y en la tercera, empresas de más dimensión y clústeres. Todo está unido, todo está próximo, todo está al alcance de todos y, como era de esperar, la energía se aprecia casi a simple vista. «Una energía que permite crear cosas y alimentar un ecosistema maravilloso; es el queso que fluye de arriba a bajo en nuestro 'Lasagna model'», apunta, sonriente bajo la mascarilla, Olano.

Reflexión

Este modelo es solo una parte de la apuesta que la Corporación y Mondragon Unibertsitatea han hecho para prepararse ante un futuro digital que ya ha llegado. «Estuvimos reflexionando sobre el futuro del trabajo y vimos que la digitalización impregnaba todo, y que terminaríamos sensorizando hasta los tornillos. Por eso apostamos por integrar distintas tecnologías y personas muy dispares para poder reaccionar con la rapidez necesaria», explica Iñigo Larrea, responsable de Gestión del Talento en Mondragón.

«Todo en la industria camina a velocidad de vértigo hacia modelos de más valor añadido o soluciones completas, y eso genera una necesidad nueva, la de las alianzas, la colaboración la conexión con otros agentes; en definitiva, trabajar en red», sentencia, mientras levanta la vista y mira a los pasillos del BBF, repletos de esa conexión necesaria, y asiente. «Un ecosistema que, no olvidemos la pirámide poblacional que tenemos en Euskadi, necesitará de la inmigración y del mejor talento de fuera», añade.

Varias escenas del Bilbao Berrikuntza Faktoria
Imagen principal - Varias escenas del Bilbao Berrikuntza Faktoria
Imagen secundaria 1 - Varias escenas del Bilbao Berrikuntza Faktoria
Imagen secundaria 2 - Varias escenas del Bilbao Berrikuntza Faktoria

La solidaridad aparece entonces como otro pilar de la estrategia. Y es que, reconoce, mientras se dispara el atractivo de las ingenierías más tecnológicas o la formación en servicios avanzados al cliente, «muchas otras actividades, más manuales o repetitivas realizadas en maquinaria sencillas, incluso tareas administrativas, tienen a desaparecer ante el auge de los robots». «Hay que recualificar a la gente; esto es absolutamente primordial», apunta, para desvelar que el grupo ya ha puesto en marcha un programa para adelantarse al futuro, en este ámbito, en 15 cooperativas. «No es sencillo, y menos con el Covid, pero sabemos que no podemos fallar en esto», concluye

Cuando la idea, la empresa y la bici son tuyas

En los últimos meses, los de la pandemia, los hemos visto pedalear por las calles de nuestras ciudades, llevando comida por un sueldo muchas veces misérrimo. Es cómodo, es sencillo, está en el móvil, es intuitivo y tienes casi todo a mano. El problema, más allá de la precariedad de quien suda subido a las dos ruedas, es que el restaurante -al que no le ha quedado más remedio que sumarse a esta corriente- ve 'volar' un 30% de sus ingresos según sale el pedido de su establecimiento. Pues bien, ¿te imaginas organizarte para que el desarrollador web, el administrativo de la empresa, el abogado y los 'riders'sean socios y compartan el esfuerzo y el premio del trabajo?

Pues, alégrate, eso existe. Se llama cooperativa de plataforma y en Mondragon Unibertsitatea se han liado la manta a la cabeza y, junto a la New School de Nueva York, han montado el primer curso internacional para dar formación en la materia a quien le interese. Lo explica José Mari Luzurraga, cofundador de Mondragon Team Academy (MTA) y un apasionado defensor de un cooperativismo «profundamente humanista». Este torrente de ideas con una sonrisa permanentemente pegada a la cara revela que la primera edición del curso (acaba de arrancar la segunda) ha captado el interés de 470 personas de 50 países. Un éxito mucho más allá de cualquier previsión.

Es una fórmula que permite ventajas al hostelero, pues se le cobra la mitad, y que «conecta mucho más con los ideales de la gente jóven y con los objetivos de desarrollo sostenible», dice. El 'invento' no se queda en los 'riders'. En realidad, es infinito. Tanto como ambición e ideas tenga la gente. Y ha calado en Euskadi, donde han surgido ya distintas iniciativas.

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