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Carlos Puente (jefe de producto de fruta y verdura)

«Responsabilidad social también es destinar los excedentes al banco de alimentos»

La fruta y la verdura están en auge gracias a sus propiedades. En Supermercados BM llegan a este ciclo de crecimiento en un gran momento, tras mimar al sector durante décadas y trabajando con productores locales con los que han crecido conjuntamente. Y no cambiará porque el futuro pasa por defender lo local, fomentar la sostenibilidad y profundizar en la digitalización.

Viernes, 18 de diciembre 2020, 12:51

La temporalidad se entiende como un concepto estratégico porque no se puede defender que un mismo producto esté en un momento óptimo doce meses al año. Es una de las claves del éxito de Supermercados BM, que ve cómo la digitalización está cambiando la forma de comprar por parte de sus clientes, quienes además demandan envases sostenibles alineados con la responsabilidad medioambiental de las empresas.

Uno de los mensajes que deja la pandemia es la relevancia de los productos kilómetro 0, una filosofía elevada a la categoría de responsabilidad social que ya está instalada en los Supermercados BM, ¿no es así?

Es algo que llevamos en el ADN desde los inicios. La pandemia le ha dado más valor al sector primario y a las explotaciones agrícolas, pero para nosotros es un aspecto que está interiorizado. Llevamos más de 25 años con muchos productores con los que hemos ido creciendo años tras año, y este 2020 hemos estado mucho más cerca de ellos. No es ninguna moda, nuestras tiendas cuentan todas ellas con producto local, bien sea con servicio directo del agricultor, que lo recolecta por la mañana y nos los sirve ese mismo día en los supermercados, o vía producto centralizado, es decir, explotaciones un poco más grandes que tienen capacidad de suministro a través de las centrales.

¿El futuro pasa por mantener y aumentar el número de proveedores cercanos o es una moda pasajera necesaria por la situación sanitaria y económica que vivimos?

En Supermercados BM somos conscientes de que lo primero que hay que hacer es reforzar y mantener lo que tenemos. Nos gusta crecer con los productores con los que trabajamos, bien diversificando productos o ampliando explotaciones. Pero también estamos abiertos a futuros productores, es decir, ir de la mano de jóvenes que se puedan ir incorporando al sector rural e incluso planificar con ellos cultivos o productos que el mercado está demandando.

Habla de los jóvenes. ¿Hay interés en las nuevas generaciones por este sector primario?

A lo largo de los años hemos visto una evolución. Hubo un momento en el que parecía que no había relevo, pero en los últimos tiempos se ha vuelto a despertar un interés por parte de la gente joven. Precisamente porque se le está dando el valor que no se le había dado en años anteriores.

Gipuzkoa es un territorio en el que se trabaja la tierra, el campo y el sector de la alimentación en su conjunto. ¿Cuáles son las frutas y verduras que más se cuidan en nuestro entorno? ¿Hacia dónde camina este sector en el territorio?

Gipuzkoa es un territorio en el que se pueden cultivar muchos productos y de gran calidad, pero también es cierto que tenemos que ser conscientes de las limitaciones técnicas. Generalmente hablamos de explotaciones pequeñas, en terrenos complicados y condicionados por las condiciones climatológicas. Principalmente se cultiva verdura: tomate, lechuga, pimiento, puerro, calabaza… pero tenemos explotaciones frutícolas con productos como la manzana, el kiwi y, últimamente, los arándanos y las fresas que se están convirtiendo en un cultivo potencial.

Lo importante es que cuando el cliente reciba el producto en casa sea lo que ve habitualmente en los lineales. Por eso buscamos una homogeneidad en el producto, para cumplir las expectativas del cliente

Habla de los productores locales. ¿Cuál es la relación con ellos? ¿Les gusta supervisar en origen el producto que llega a los supermercados?

Es fundamental conocer sus explotaciones. Por muchos motivos: ver qué productos trabajan, cómo los tratan, qué garantías tenemos de estándares medioambientales o laborales…

Nos encontramos en un mercado global en el que hay prácticamente de todo durante todo el año. ¿Cómo se trabaja la temporalidad? ¿Va a ser posible mantener ese espíritu dentro de unos años?

Es una decisión estratégica. Tenemos que cubrir el rol de esa frutería tradicional de calidad que no haya tenido relevo generacional. Tenemos un nuevo tipo de cliente y las exigencias cada vez son mayores. Tenemos que ir dándole información de las campañas, de las temporadas, cuándo un producto está en su mejor momento. Es evidente que tenemos que mantener la temporalidad porque no vamos a poder conseguir un producto igual durante los doce meses del año. Hay aspectos climatológicos o geográficos que nos obligan a mantener esos momentos y reforzarlos. Hay que evidenciar a través de nuestra exposición la estación en la que estamos: si hay alcachofas o espárragos es primavera, si hay hongos o setas es otoño.

La marca Selecta es sinónimo de momento óptimo para el consumo de la fruta. ¿El cliente es capaz de identificar este tipo de sellos? ¿Esa calidad será la diferencia a futuro?

Al cliente le puedes engañar una vez, no más. En Supermercados BM somos adictos a la verdad. Selecta es un momento concreto, un origen y una garantía de producto que proporciona a los clientes seguridad alimentaria. Es un producto que identifica un proceso desde que se siembra hasta que se recoge. Además, el hecho de que se recolecte en un momento concreto y en un origen determinado lo que da es un sabor, que es lo que intentamos buscar, cumplir las expectativas.

Existe un auge de los productos ecológicos. ¿Qué aceptación tienen? ¿Hay una mayor demanda?

Llevamos años apostando por esta familia de producto ecológico. Es muy importante cubrir las expectativas de los clientes que se preocupan por estas referencias. Vemos que hay hándicaps como el aspecto de estos productos y los formatos en los que podemos trabajar, pero luchamos para dar con la tecla y que el cliente lo perciba como una alternativa.

¿La estética sigue siendo relevante?

En nuestro entorno tenemos una cultura mayor y, en este sentido, podemos tolerar pequeños defectos, y más si son productos del entorno, pero es cierto que el primer golpe de vista es fundamental.

Tenemos que mantener la temporalidad porque no vamos a poder conseguir un producto igual durante los doce meses del año

La tienda online acerca el producto al cliente sin que este se mueva de casa. ¿Cómo son capaces de garantizar la frescura de los alimentos hasta el domicilio?

Nosotros tratamos de trabajar el producto con materiales sostenibles para que el género no sea maltratado. En la propia página web se puede seleccionar cómo quiere cada cliente el producto. Y con algunos más delicados, como pueden ser los higos, los metemos en alguna cesta para que en el transporte no se dañen.

¿Irá en aumento este servicio o entiende que los clientes prefieren ver en primera persona el género? ¿La digitalización lo va a transformar todo?

Se compaginarán los dos tipos de compra, pero estamos caminando hacia un mercado más moderno de compra online. Lo importante es que cuando el cliente reciba el producto en casa sea lo que ve habitualmente en los lineales. Por eso buscamos una homogeneidad en el producto, para cumplir las expectativas del cliente.

El packaging ha adquirido una importancia capital por su efecto sobre la sostenibilidad. Es la denominada responsabilidad medioambiental. ¿Qué tipo de bolsas utilizan? ¿Qué responsabilidad asumen en este reto de lograr un mundo más verde?

Llevamos trabajando en ese sentido muchos años, pero es difícil cambiar de la noche a la mañana. El primer paso es reducir y es lo que hicimos hace varios años. Hay que reciclar, pero la industria todavía no está adaptada. Nosotros utilizamos bolsas de cartón, papel, bolsas compostables…

La fruta es parte fundamental de una dieta equilibrada y sana. ¿Considera que las familias guipuzcoanas consumen suficiente cantidad? ¿Lo refleja su cesta de la compra?

La fruta y la verdura están en clara tendencia ascendente en los últimos años por las propiedades que tienen. El consumo en Gipuzkoa está por encima de la media nacional, si bien tiene más relevancia la verdura, y ahí le doy una importancia capital a la climatología y a la cultura gastronómica.

Ante la cantidad abundante de género, existirán excedentes en momentos determinados. ¿Qué hacen con ellos? ¿Dónde terminan todos esos alimentos que no son vendidos?

Buscamos no tener excedentes, pero siempre que se genera alguno trabajamos con el banco de alimentos que, a través de la central y con una periodicidad semanal, se llevan estos alimentos que puedan quedar en los supermercados. Esto también es responsabilidad social.

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