
'Tiny House', la minicasa inteligente y sostenible
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La superpoblación,el envejecimiento demográficoy la eficiencia energética sonlos principales desafíos para una arquitectura urbanísticaen la que prevaleceránlas viviendas amigables.mirari gómez
Lunes, 7 de diciembre 2020, 07:26
La domótica es, según su definición oficial, el conjunto de sistemas tecnológicos destinados a automatizar una vivienda. Pero coloquialmente se puede hablar de ella como la gran suerte de los vagos y comodones, y también de aquellas personas alérgicas al uso de las palabras mágicas 'por favor'.
Pongámonos en situación. Está amaneciendo en su casa y para arrancar el día tiene que subir la persiana de su habitación, regular el termostato de la calefacción a 20º y encender la luz de la cocina a una intensidad media. Allí va a desayunar escuchando música, pero a un volumen bajo, cuando, de repente, tocan al timbre de casa. Con total seguridad se ha imaginado a sí mismo yendo de un lado a otro de la casa, pero en un futuro no muy lejano lo habitual será poder realizar toda esa lista de tareas sin necesidad de moverse. Bastará tener un dispositivo móvil o dar la orden de viva voz.
Esta tendencia de dotar de inteligencia a los hogares es ya una realidad sobre la que se está trabajando y que, conviene matizar, trasciende del aspecto puramente tecnológico. Así lo demuestra Tknika, el Centro de Investigación e Innovación aplicada de la Formación Profesional del País Vasco, en su proyecto 'Tiny House', desarrollado a lo largo de dos años en una red colaborativa compuesta por el profesorado y alumnado de familias profesionales de diversa naturaleza y pertenecientes a nueve centros de FP de Euskadi.
En los 14 metros cuadrados que comprende esta estructura, uno puede hacerse la idea o imaginarse cómo serán los hogares del futuro. «¡Qué casa más pequeña!», podrá pensar uno, sin caer en la cuenta de que el previsible aumento de población se presenta, junto al envejecimiento demográfico, la degradación medioambiental y la escasez de recursos, como uno de los grandes retos que deberá asumir en un futuro no muy lejano la arquitectura urbanística.
Y es que, según estima la Organización de las Naciones Unidas, la población mundial alcanzará los 10.000 millones en 2050, calculando, además, que el 68% residirá en zonas urbanas donde no es ningún secreto que se registra mayor densidad. Por ello, no parece casualidad que la 'Tiny House' de Tknika comparta nombre, y también filosofía, con el movimiento arquitectónico y social que propone vivir en casas pequeñas y de manera simple, mediante la optimización del espacio, buscando reducir el impacto ecológico y medioambiental de las edificaciones actuales. Se trata de concienciarse de que «no se necesita tanto para vivir, ni en términos de espacio, ni de consumo de energía; sino gastar de modo adecuado los recursos que tenemos», apunta Garbiñe Maiza, una de las trabajadoras implicadas en el proyecto. Se antoja imprescindible contar con un mobiliario versátil, flexible y convertible, aunque este interiorismo multifuncional lleva ya años siendo tendencia.
Si algo se ha sacado en claro del largo periodo de confinamiento vivido a causa de la pandemia es que resulta importantísimo contar con un hogar amigable en cuanto a prestaciones, comunicación y seguridad. Desde el área de biociencias y sostenibilidad de Tknika que dirige María José Barriola utilizan el término 'tecnología humanizada', «un concepto que reclama un uso de la tecnología, normalmente de aplicación en el sector industrial, dirigido a mejorar la calidad de vida, el bienestar y la comunicación del entorno del hogar, tanto interna como externamente».
La casa del futuro deberá tener adaptabilidad, es decir, estar preparada para responder a todas las necesidades que le puedan surgir a una persona durante todo el ciclo de su vida y hacerlo garantizando el máximo confort en dicha accesibilidad. Eso se consigue con «un sistema redundante que, compuesto por distintos actuadores activadores, permite elegir al usuario el que mejor le convenga, dándole más opciones y funcionalidad», explica Jon Rivas, otra de las personas implicadas en el proyecto. Así, en este hogar inteligente es posible llevar a cabo cualquier función mediante distintos actuadores: control por voz, dispositivos móviles o los clásicos interruptores.
Creada con una clara vocación social, la 'Tiny House' quiere servir de modelo como un hogar ideado y adaptado para facilitar tanto la vida como el cuidado de las personas mayores o en situación de dependencia. Estas soluciones tecnológicas «dirigidas a incrementar su autonomía y mejorar su confort, permitirán que nuestros mayores y dependientes puedan vivir de forma más autónoma y durante mayor tiempo en su hogar, convirtiéndolo en un entorno amigable y seguro», apunta Barriola. En ese sentido, Tknika mantiene una estrecha colaboración con las instituciones y este proyecto «va muy ligado a la estrategia Adinberri de la Diputación enfocada al envejecimiento activo».
Con la necesidad de realizar una transición energética que permita proteger y respetar el medio ambiente, en el urbanismo -apunta Barriola- «es fundamental integrar las declaraciones ambientales y factores de sostenibilidad para mejorar el planeta y la vida».
Por ello, la 'Tiny House' se ha construido trabajando materiales sostenibles de la naturaleza como la madera, «el único material renovable, reutilizable y reciclable», apunta Maiza, y que, además, funciona como aislante térmico. En sus diferentes formatos, la madera está muy presente en toda la estructura del proyecto. La parte exterior presenta madera termotratada, que «ofrece mayor durabilidad que la madera 'fresca' y resistencia ante el ataque de hongos».
El techo, por su parte, está hecho de caucho reciclado proyectado, «una solución impermeable, aerodinámica y segura frente a la metereología adversa». Un techo donde también hay colocadas placas solares, en pleno compromiso con el uso de energías renovables. Junto a ello, toda la estructura presenta láminas y membranas que mejoran la hermeticidad, reduciendo las pérdidas de energía. Así, la 'Tiny House' se presenta como una estructura energéticamente autosuficiente, con baterías fotovoltaicas y también con posibilidad de conexión a una red eléctrica exterior. Todo ello amparado por el estándar Passive House, que se ajusta a la directiva europea de edificios casi nulos.
Con todo ello, y sabiendo que no existe predicción 100%, no parece descabellado pensar que Tknika ha integrado en esta 'Tiny House' aquellas características que conformarán los hogares del futuro. Casas, inmuebles y edificaciones inteligentes que, a su vez, se ubicarán en ciudades productivas y amigables, las 'smart cities'. Pero de eso ya se encargará la urbótica.
ALTA SEGURIDAD
Equipado con un completo sistema de seguridad, la 'Tiny House' busca proteger a quien la habita y tranquilizar al entorno de la persona residente. Por un lado, se encuentra una cámara móvil y dirigible a través de los diversos dispositivos, lo que permite vigilar qué pasa en cada rincón de la casa en cualquier momento. Esta función es útil para poder comprobar el buen estado del usuario, así como para responder ante posibles intrusiones. Por otro lado, los sensores de la puerta tienen un sistema de alarma integrado que, además de radiar un aviso sonoro en la instalación, emite una alerta de seguridad en todos los dispositivos sincronizados.
Esta tecnología de videovigilancia puede aplicarse también en otros contextos como, por ejemplo, en la mirilla de la puerta. Así, sería posible observar desde un dispositivo quién está en el umbral, sin acercarsee, incluso, permitirle el accesode forma remota.
EL 'CEREBRO'
En las entrañas de este hogar inteligente se encuentra un rúter WiFi que contiene una tarjeta SIM y permite, a través de un operador móvil, la comunicación con la casa. También esconde un pequeño ordenador que, con el sistema operativo instalado, habilita el control domótico del espacio. Es el 'cerebro' que conecta todos los sistemas activadores entre sí y éstos con los elementos de la casa.
EL BAÑO
Equipada con una combinación de la instalación de agua de una autocaravana y la estándar, la 'Tiny House' cuenta con un sensor de inundación que hace saltar un aviso, tanto sonoro como en los diversos dispositivos sincronizados. Además, en la parte superior del inodoro se encuentra un intercambiador de calor que, a falta de sistemas de ventilación, se encarga de renovar el aire del espacio, regulando la temperatura sobre el aire que entra y sale.
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