Jueves, 29 de agosto 2024, 08:40
B.U. nos dice que la conmemoración del 31 de Agosto se considera ya como una tradición inmemorial, como pasa con otros eventos populares donostiarras como la tamborrada o la semana grande. La corta historia de esta ciudad lleva muchas veces a actuar así, pero la historia que pervive muchas veces deja en el olvido cosas importantes.
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El nombre de Amaya Bontigui no aparece en ninguna de las publicaciones oficiales de este año y no debe ser olvidada cuando recordamos esta fecha histórica, porque fue ella en 1992, en una iniciativa personal propia de una ciudadana con mayúsculas la que organizó unos sencillos actos de recuerdo de lo sucedido en la fecha fatídica.
Gracias a su iniciativa, la jornada se ha enriquecido con la entusiasta colaboración de los amantes de las recreaciones bélicas y otras actividades culturales y festivas. Muchos donostiarras conocen mejor ahora lo que sucedió hace dos siglos, aunque otro hecho memorable como fue la decisión de los supervivientes reunidos en Zubieta de reconstruir la ciudad ha quedado fuera del programa y es desconocido para muchos. La ciudad, que ya había sido sitiada y asaltada en varias ocasiones antes de 1813 y lo volvería a ser en varias más, sigue ahí gracias a la resiliencia de sus habitantes.
Iniciativa ciudadana, carácter resistente son los valores que debemos conmemorar en esta fecha. No olvidemos jamás a Amaya Bontigui y a los reunidos en Zubieta.
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