No podemos hacerlo por ti, queremos hacerlo contigo

A todos nos preocupa la salud y más en estos momentos. Llevamos años hablando de que somos todo uno: lo físico, lo mental y lo emocional. La ciencia sigue descubriendo cómo los pensamientos e incluso las emociones tienen un impacto en nuestro organismo. Ya lo hemos experimentado estos meses: movernos menos, la falta de contacto y los cambios en nuestra rutina están teniendo un efecto claro en cómo nos sentimos física y emocionalmente.

Pero no solo eso. Surgen más interrogantes al respecto: ¿Cómo afecta eso a nuestras defensas? ¿Tiene esto un impacto en nuestro sistema cardiovascular? Y lo más importante, ¿podemos hacer algo cada uno de nosotros? En el Centro Quiropráctico Ana Echeveste creen que sí. Las personas somos complejas, con muchos factores que afectan cómo vivimos todo lo que está pasando. En resumen: cada uno somos todo un mundo.

Pero hay algo que nos une a todos. Cada persona tiene un potencial innato de crecimiento, de adaptación y de mejora que muchas veces olvidamos que tenemos. Es realmente como un músculo: puede trabajarse. Lo dijo Hipócrates: «Las fuerzas de la naturaleza dentro de nosotros son las verdaderas sanadoras de la enfermedad».

Caminos hay muchos: no hay que elegir, se pueden complementar. En Centro Quiropráctico Ana Echeveste proponen la quiropráctica. Saben la importancia que tiene el movimiento en la salud y sabemos lo vital que es nuestro sistema nervioso para la regulación de todas las funciones.

Porque es el eje del movimiento de todo nuestro cuerpo; porque protege nuestro sistema nervioso, ese canal de información que regula todo nuestro cuerpo, recibiendo y emitiendo señales para todos nuestros sistemas (digestivo, inmune, respiratorio, adaptación al estrés, etc.); y porque las alteraciones en la columna pueden afectar a esa capacidad de regulación y coordinación que tenemos y, por lo tanto, a nuestra calidad de vida. A eso le llamamos subluxaciones vertebrales.

Se trata de adquirir hábitos para funcionar de otra manera. En Centro Quiropráctico Ana Echeveste lo ven a diario en las personas que eligen cuidarse en su consulta. El impacto que tiene en ellos, en su salud, y sin duda, en los que tienen alrededor.

Aunque parezca mentira, las subluxaciones no siempre duelen. Pueden pasar desapercibidas durante mucho tiempo, como una filtración en nuestro tejado, hasta que un día empezamos a notar las compensaciones.

Los síntomas son muchas veces la consecuencia y no el origen del problema. ¿Has visto alguna vez una fisura en una pared de tu casa? Sin duda un problema a solucionar. ¿Pero no crees que convendría analizar la estructura del edificio para ver de dónde viene?

Algo parecido nos pasa a las personas. Nos adaptamos, compensamos y en muchas ocasiones arrastramos problemas de hace tiempo. Ahora no ha hecho más que acentuarse con una carga más.

Algunos ejemplos serían los dolores de cabeza por problemas en las cervicales, los problemas de cadera por alteraciones en la pelvis y los problemas lumbares derivados del cuello y de cómo andamos.

Si algo enorgullece a este centro es la especificidad de su trabajo y el ambiente que crean. Con todas las medidas necesarias y sin olvidar que lo que importan son las personas, un trabajo bien hecho, y poder ofrecer un espacio en el que poder parar y recordar que «tu también puedes». El cuerpo humano tiene grandes herramientas para reparar lesiones, protegerse contra infecciones y mejorar la calidad de vida si se optimiza su función.

En Centro Quiropráctico Ana Echeveste te invitan a conocerles un poco más a través de su página web, su canal de Youtube, sus redes sociales (Instagram y Facebook) y el podcast que recientemente ha lanzado Ana, su quiropráctica. Su objetivo es que, te ajustes o no, tengas acceso a herramientas para seguir aprendiendo y vivir mejor. Si te decides a dar el paso, llama y reserva una primera cita cuanto antes para analizar tu caso particular y ver si pueden ayudarte y cómo hacerlo.

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