Esther Ferrer recibe en París el Tambor de Oro

La artista interdisciplinar comunicó hace unos días que su médico le desaconsejó viajar a Donostia en la actual situación de la pandemia («salvo que fuera una cuestión de vida o muerte», explicó) y la artista decidió no venir a la ciudad el 20 de enero, teniendo en cuenta también la delicada salud de su marido, el compositor de 81 años Tom Johnson.

Goia departió con Esther Ferrer durante tres horas en su casa y en su taller de trabajo ubicado en la planta superior de la vivienda en el barrio de la Bastille, en un agradable encuentro en el que hablaron de la situación política de Francia y de la ciudad de San Sebastián. En su espacio de creación le fue entregado el Tambor de Oro, le fue impuesta la insigna que portan todos los galardonados y el alcalde le dio el certificado del secretario general del Ayuntamiento que acredita que ha sido aprobada la distinción. En la visita estuvieron presentes también la hermana gemela de Esther, Matilde, y su propio marido Tom, quien recibe apoyo para respirar de una bombona de oxígeno.

El regidor acordó con Ferrer hace unos días acudir a París para entregarle el galardón que se decidió antes de suspender la tamborrada, por lo que procedía buscar una fórmula para entregar a la artista el Tambor de Oro.

El alcalde han viajado a la capital gala junto a la directora de Tabakalera, Edurne Ormazabal, quien conoce a la 'performer' a raíz de la exposición 'Otras variaciones. Esther Ferrer' que organizó en 2019 el Centro Internacional de Cultural Contemporánea, y miembros del gabinete de comunicación del Ayuntamiento. El viaje se ha realizado desde el aeropuerto de Biarritz a primera hora de la mañana y la vuelta se realizará esta tarde-noche.

Durante el acto se han grabado unas imágenes de la entrega de la distinción que formarán marte de un audiovisual que se proyectará el próximo miércoles en el teatro Victoria Eugenia, en una ceremonia conjunta de entrega de las Medallas al Mérito Ciudadano y el Tambor de Oro, algo absolutamente atípico en esta segunda y atípica fiesta de San Sebastián condicionada por la pandemia.