Esther Ferrer: «El Tambor de Oro lo tengo ya puesto en el salón para enseñárselo a mis amigos»

La artista interdisciplinar, afincada en París desde hace medio siglo, comunicó hace unos días al Ayuntamiento que su médico le desaconsejó viajar a Donostia en la actual situación sanitaria («salvo que fuera una cuestión de vida o muerte», explicó ella en DV) por lo que decidió no venir a la ciudad el 20 de enero, teniendo en cuenta también la delicada salud de su marido, el compositor norteamericano de 81 años Tom Johnson.

El alcalde comprendió sus razones y adoptó la decisión de trasladarse a París para hacerle entrega del galardón, un viaje que ha levantado ampollas en los grupos municipales del Ayuntamiento al enterarse por unas declaraciones de Ferrer a DV en vez de por el propio Goia.

El alcalde viajó a París a primera hora de la mañana con su equipo de comunicación y la directora de Tabakalera, Edurne Ormazabal, quienes tras desayunar se dirigieron directamente al domicilio de la artista, en el barrio de la Bastilla. Goia llevaba el Tambor de Oro en una funda negra especial para transportar este tipo de instrumentos. Ferrer bajó al portal a recibir a la delegación y les acompañó al interior de su domicilio, donde les aguardaban Matilde, la hermana de Esther, también residente en la capital gala, y su marido Tom Johnson, que recibe apoyo para respirar de una botella de oxígeno. También estaban en la casa la sobrina de Esther, Maia, y su hijo Fosco.

El encuentro se prolongó por espacio de tres horas y fue «muy agradable», según fuentes municipales. Esther y Matilde recordaron sus vivencias en San Sebastián con sus padres y sus otros siete hermanos, algunos ya fallecidos como el periodista Mariano Ferrer. Comentaron lo mucho que echan de menos el mar y la pena que les da no poder viajar a San Sebastián a recoger el premio. Goia les recordó que el galardón incluye una cena con la corporación municipal que se realizará en cuanto cambie la situación y la artista pueda acercarse a la capital guipuzcoana.

Tras tomar un café, que dio hasta para hablar de la situación política francesa, la artista les acompañó a su estudio, en la planta superior, donde mostró los proyectos en los que trabaja. Es en estas dependencias donde se produjo la entrega del Tambor de Oro, donde le fue impuesta la insignia que portan todos los galardonados y donde el alcalde le dio el certificado del secretario general del Ayuntamiento que acredita que es la Tambor de Oro de este año.

«Ha sido un honor», dijo el alcalde, hacer entrega del Tambor de Oro a Esther Ferrer. «Las circunstancias nos han obligado a cambiar los planes y a tener que venir a París a entregar este merecidísimo galardón que oficializaremos el próximo día 19».

La artista explicó a DV que ha colocado el Tambor de Oro «en el salón para poder enseñárselo a los amigos» que les visitan. Señaló que el encuentro «ha estado muy bien. Ha sido un acto sencillo, simpático y superagradable», una jornada «para recordar». Le gustó mucho la insignia que acompaña el galardón, que se colocó en la chaqueta y que espera no extraviar «porque soy muy despistada y me daría un disgusto tremendo si la pierdo». En el libro de dedicatorias de los tambores de oro expresó su gratitud «a quienes han hecho posible que yo tenga el Tambor de Oro y he dibujado una flor porque nunca sé qué hacer cuando me piden una firma».

Durante el acto se han grabado unas imágenes que se proyectará el miércoles en el Victoria Eugenia, en una ceremonia conjunta de entrega de las Medallas al Mérito Ciudadano y el Tambor de Oro, algo absolutamente atípico en esta segunda y atípica fiesta de San Sebastián condicionada por la pandemia.