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Niñas al tambor sí, pero sin pendientes y con el pelo recogido
40 aniversario ·
El 7 de noviembre de 1984 se aprobó que pudieran tocar el tambor y el barril en la Tamborrada Infantil pero sin mostrar «detalles de su sexo»Secciones
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40 aniversario ·
El 7 de noviembre de 1984 se aprobó que pudieran tocar el tambor y el barril en la Tamborrada Infantil pero sin mostrar «detalles de su sexo»La celebración de la Tamborrada para conmemorar el Día de San Sebastián está plagada a lo largo de la historia de hitos que han marcado ... la fiesta multitudinaria, participativa e inclusiva que conocemos hoy en día. Desde la década de los años treinta del siglo XIX cuando desfiló por las calles donostiarras la primera comitiva que en la actualidad conocemos como Tamborrada, hay fechas que están marcadas en rojo en el relato festivo de nuestra celebración más sentida.
Una de esas ediciones que ha pasado a la historia fue la del 20 de enero de 1985. Ese Día de San Sebastián se produjeron dos efemérides a destacar. La más importante es la que tuvo que ver con la incorporación de las niñas a las compañías de la Tamborrada Infantil desfilando como soldados tocando el tambor o el barril. Eso sí, solo pudieron hacerlo ocultando su pelo largo y sin pendientes. El otro hito es que ese mismo día se cumplió el 25 aniversario de la celebración de la propia Tamborrada Infantil organizada de manera oficial por el Ayuntamiento.
La decisión de que las niñas se incorporaran por primera vez en la historia al desfile junto a sus compañeros pudiendo tocar el tambor o el barril se tomó meses antes a petición de los centros escolares de la ciudad. Fue exactamente el 7 de noviembre de 1984, es decir, hace 40 años. Ese día, la junta rectora del Centro de Atracción y Turismo (CAT) decidió «aprobar se ensaye en 1985 esa propuesta en el sentido de aceptar la participación de niñas siempre que se oculten detalles distintivos de su sexo (pelo largo y pendientes)». Este extremo se recogió, por ejemplo, en los estatutos de la época de la Infantil de Santo Tomas Lizeoa, que decían: «Las alumnas (de esta ikastola) podrán participar en las compañías de este centro ocupando los mismos puestos asignados tradicionalmente en la tamborrada a los chicos. Sin embargo, siguiendo las normas establecidas por la organización, deberán llevar el pelo recogido en el caso de que tengan melena o trenzas, desfilarán sin pendientes y no llevarán otro tipo de objetos externos habituales a su condición femenina».
Antes que los centros escolares, esta petición ya la realizó Kresala en 1981, pero finalmente tuvieron que pasar tres años hasta que se decidiera que «la participación de las niñas se normalizase, aunque ese paso no fue tal porque no podían desfilar de manera natural como niñas, con su fisonomía propia», deja claro Mariaje Torres, directora de Donostia Festak, entidad municipal responsable de organizar en la actualidad la Tamborrada Infantil.
Hasta 1985, las donostiarras que participaban en la Infantil solo podían hacerlo de dos maneras: como cantineras o en la carroza de la Bella Easo. Lo dejaba bien claro en 1983 el reglamento oficial del desfile. En su preámbulo decía: «La Tamborrada Infantil fue creada en 1927 por Euskal Billera, para dar entrada en la fiesta a los niños de San Sebastián», y a continuación en su artículo 1 establecía que «las niñas intervendrán como cantineras y en la carroza de la Bella Easo Infantil». El artículo 7 definía la composición de las compañías, donde se describía claramente que todos los componentes de la Infantil «serán niños, excepto las cantineras».
Tal era el celo con el que la organización hacia cumplir la distribución de puestos por sexos que hasta existía el cargo de revisor de la Tamborrada Infantil. Si este representante del CAT percibía «la presencia de alguna niña durante la revista a las compañías, podía suponer la retirada de la subvención», recuerda Torres.
La propuesta de «ensayo» que recibió el visto bueno en 1984 se puso en práctica un año después y en 1988 hubo un nuevo intento por el derecho de igualdad para las niñas. Marianistas (hoy Aldapeta María Ikastetxea) presentó un documento con dos posturas firmado por ocho compañías para que se debatiera entre los participantes. La primera opción era «mantener la Infantil como ha estado hasta el momento». Y la segunda, «aceptar la posibilidad de que, en el futuro, las compañías que lo deseen puedan desfilar vistiendo a sus barrileros de cocineros y a las niñas de aguadoras». Realizada la votación, la mayoría de las compañías votaron por seguir igual. Hasta 2003, la situación no cambió. Ese año, las niñas de Orixe desfilaron con el traje de aguadora.
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