La mejor ciudad del mundo

Uno de ellos vino medio enfermo. Como no podía ser de otra manera, la noche de la Izada entramos al centro de la Plaza de la Constitución a vivir la fiesta desde dentro. Cuando faltaban 15 minutos para que sonara la Marcha de San Sebastián, le empezó a doler de manera muy intensa la tripa. A pesar de los pesares, le intenté ayudar a salir de la 'Consti', pero poco pude hacer. Fue misión imposible. Finalmente, todos los amigos vimos la izada de la bandera por separado. Un desastre… No sé para qué intentamos salir. Fue peor el remedio que la enfermedad. Tras este primer 'fracaso' o 'intento', al día siguiente quisimos repetir en la Arriada, pero nuestro amigo, que había venido regular, nos pasó su virus y acabamos todos sin verla. A pesar de todo, guardo un gran recuerdo de ese día porque pase lo que pase, surjan los imprevistos que surjan, el ambiente cura cualquier mal o contratiempo.

Este año me voy de viaje a Australia a entrenar, pero juro que antes intentaré ver la Izada en plena Plaza de la Constitución, o por lo menos, conectarme a la retransmisión en directo del Diario Vasco.