Secciones
Servicios
Destacamos
Hemos hablado hasta la saciedad de cómo hemos regalado todos nuestros datos personales a unos gigantes tecnológicos que han ganado miles de millones con ellos. Nos han manipulado y seguimos dejándonos manipular. Hace años Zuckerberg promulgó una frase lapidaria que se ha convertido en realidad: ... la era de la privacidad ha muerto. No es pretensión ahora discutir si él ha sido uno de los grandes culpables o nuestra vanidad ha servido en bandeja a estas grandes tecnológicas un negocio multimillonario y con múltiples riesgos para sus usuarios/as como se está comprobando hoy en día.
En una vuelta de tuerca más y llegado el momento en que hemos devaluado tanto, o más bien regalado, nuestra privacidad, una organización ha decidido que quizá comprando a precio de chocolatina uno de los datos más valiosos que podamos tener, serán millones de personas las que los ofrezcan. Si antes regalaba mis datos ¡es un chollo que ahora me quieran pagar!
Pongamos en contexto: Worldcoin es un proyecto desarrollado por una empresa denominada 'Tools for Humanity' con sede en EE UU y que entre sus socios fundadores se encuentra Sam Altman, cabeza visible de OpenAI, organización que ha puesto en funcionamiento ChatGPT. Worldcoin está realizando una campaña a nivel mundial para que a cambio de escanear el iris de los que quieran participar entrega una cantidad de su criptomoneda. A modo resumen, si no nos hemos perdido ya: uno de los creadores de una tecnología que está revolucionando el mundo que conocemos, se encuentra en otro proyecto regalando su criptomoneda a cambio de que nosotros le entreguemos un dato biométrico que nos identifica de forma unívoca. ¿Con qué finalidad? Según parece Worldcoin quiere generar un sistema de identificación digital segura, con lo que ello signifique realmente.
Si observamos realmente no nos está pagando nada, nos están ofreciendo su propia criptomoneda, que está subiendo día a día porque cada vez son más los usuarios/as que acceden a dejarse escanear el iris, pero que puede que dentro de unos meses, días, años u horas ese token o criptomoneda no valga absolutamente nada (como ha pasado con muchísimas otras criptomonedas o en un mundo analógico con sellos…). En ese caso habremos dado nuestros datos biométricos a una organización otra vez de forma gratuita o con la falsa promesa de hacernos ricos por el simple hecho de haber especulado con nuestra privacidad.
Worldcoin además sabe cómo hacerlo, pone la chocolatina en los centros comerciales, donde los jóvenes más propensos al mundo digital y bajo la moderna idea de obtener una criptomoneda (con la que además se van a forrar) venden muy barata su privacidad. Algún youtuber famoso y con pocos escrúpulos estaría orgulloso.
¿Esto es legal? A priori, y a falta de un estudio más pormenorizado del caso como ya están realizando las autoridades de protección de datos (la autoridad vasca de protección de datos ya sacó una nota de prensa al respecto y la agencia española está inspeccionando de oficio el proyecto) nada quita para que con el consentimiento explícito e informado se pueda legitimar el tratamiento de un dato especialmente protegido como son los datos biométricos, exceptuando a menores de 14 años que requieren del consentimiento de los padres, madres o tutores/representantes legales de los mismos.
Dejando a parte la legalidad o no del sistema, que de ello se encargarán como digo las autoridades competentes para su determinación, lo que realmente se puede considerar es que esta acción comporta un grave riesgo: una entidad con la una finalidad no muy clara está obteniendo datos biométricos nuestros. Nos tenemos que preguntar ¿Qué van a hacer realmente con esos datos? ¿los pueden vender? ¿Y si tienen un agujero de seguridad? ¿Si un delincuente, una organización criminal y/o un gobierno con pocos escrúpulos se hace con esa base de datos qué nos puede suceder?
La suplantación de identidad ya es complicada pero si lo sumamos a que se realiza con un dato biométrico la protección ante esa situación es prácticamente nula. No hay dato más peligroso que aquel que nos pueda identificar de manera unívoca. Una cosa es que hayamos regalado nuestros datos identificativos como el nombre, apellido, email, o incluso nuestros gustos, a que ahora nos puedan identificar sin necesidad de más información nuestra.
Los riesgos son demasiado altos para dejarnos embaucar y entregar nuestra privacidad por un chocolatina digital.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.