

Secciones
Servicios
Destacamos
Por unos segundos, y sin que sirva de precedente, deja el móvil en la mesa y haz memoria (falta te hará). ¿Cuántas veces has dejado reluciente la pantalla de tu terminal? ¿Se te ha pasado por la cabeza que quizá esas fotos borrosas con el teleobjetivo se deban a que no haces más que poner tus dedos sobre la lente una y otra vez? Por no hablar de una realidad que debería echarte para atrás... por mera cuestión de higiene: en el panel de tu flamante smartphone se esconden cerca de 600 tipos de bacterias diferentes. En otras palabras, 30 veces más que en la taza limpia de un WC...
Limpiar nuestros móviles y tablets debería ser un hábito obligado en el día a día. Y más aún si no lo hacemos de la manera correcta. ¿La razón? Aunque suene paradójico, podríamos cargarnos incluso nuestro terminal en un visto y no visto. Es por ello que los expertos recomiendan evitar una serie de malas prácticas a la hora de dejar como nuevos nuestros flamantes smartphones. Y, sobre todo, errores que a la postre nos pueden salir muy caros.
Sí, es verdad que productos como el alcohol, la lejía o todo tipo de soluciones a base de amoníaco están a mano ante cualquier imprevisto. Sin embargo, no son el remedio ideal para limpiar una pantalla de móvil porque pueden acabar deteriorándolo. «Estos productos contienen sustancias químicas que pueden estropear las capas protectoras de las pantallas, lo que provoca daños permanentes, como manchas, o la reducción de la sensibilidad en el caso de las pantallas táctiles», explican desde SPC. Por ello, se recomienda acudir al clásico paño de microfibra suave, humedecido con agua o soluciones específicas para pantallas.
Craso error. ¿Por qué motivo no es recomendable? Podemos acabar deteriorando todo tipo de elementos internos... sin quererlo. «Los smartphones y tablets cuentan con ranuras para conectar cables o simplemente para garantizar una correcta ventilación. Aplicar el líquido directamente puede provocar que estas sustancias se filtren y dañen componentes internos fundamentales, caso de la batería», alertan desde esta compañía dedicada a la electrónica de consumo. La solución, volver a tirar de sentido común y pasar un paño.
Son la asignatura pendiente de cualquier mínima limpieza del smartphone. Y es que el minúsculo tamaño de la entrada de los auriculares, los altavoces, el puerto USB tipo C, los micrófonos (sí, existen) o el acceso a la bandeja de la SIM y la tarjeta microSD a menudo hace que pasen desapercibidos. Y, por consiguiente, son un lugar ideal para que se acumulen todo tipo de restos de suciedad. El problema es que su limpieza no puede llevarse a cabo de cualquier manera, si es que no queremos afectar a ningún componente interno. «Se puede hacer con aire comprimido o con un palillo de plástico diseñado específicamente para esta tarea, de forma que evitemos objetos afilados o metálicos que puedan perjudicar algún componente interno», añaden.
Las lentes de las cámaras traseras son posiblemente las más sensibles de un móvil y, curiosamente, la parte menos protegida. Y es que pese a sobresalir del cuerpo del terminal (a veces excesivamente) muchos usuarios no las resguardan todo lo que debieran. Y entonces es cuando se sufren las consecuencias: fotografías escasamente nítidas, motas de polvo que no desaparecen, etc. ¿El primer impulso? Limpiarlas con la ropa que llevamos encima. Mal hecho. «Puede traer más problemas que beneficios, ya que podemos rayar la delicada superficie de la lente haciendo que las imágenes se vean borrosas o con destellos indeseados», concretan desde SPC. Es por ello que la solución pase nuevamente por un paño de microfibra humedecido: están especialmente diseñados para superficies delicadas y no generan fricción alguna que pueda acabar dañando el cristal.
Nada más lejos de la realidad. Y es que, ¿se te ha ocurrido pensar por qué tu flamante funda transparente se ha echado a perder con el tiempo pasando a adquirir un ligero tono amarillento? No te engañes. Esta transformación no se debe a la falta de higiene de la misma, sino al material utilizado: el poliuretano termoplástico (TPU) es muy resistente y flexible, pero también muy sensible a la luz ultravioleta, que acaba degradándose con el tiempo. ¿Y entonces? La realidad es que son todo un foco de bacterias porque son las superficies que más en contacto están con manos y todo tipo de superficies. La clave pasa, una vez más, por limpiarlas con regularidad y por aplicar el sentido común. Si se trata de una funda de silicona tocará lavarla con agua y jabón antes de secarla por completo. Y si cuentas con un protector de pantalla recurre a la mejor solución: tira de un paño de microfibra.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
No te pierdas...
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.