Seis años ha tardado Microsoft en renovar su popular sistema operativo. Y lo ha hecho para mejorar Windows 10, una versión que ha puesto el listón muy alto a su sucesora y que ha congregado una gran aceptación entre sus usuarios. Si hay algo que ... caracteriza al nuevo Windows 11 es su apuesta por la productividad e integración con la nube. Y todo para evitar seguir perdiendo cuota de mercado (se ha dejado 20 puntos en su segmento desde 2009, según Statcounter) y, de paso, pasar página tras el fracaso de Windows 10X. Días después de su lanzamiento, ¿cuáles son las sensaciones? ¿Se mantienen los requisitos? ¿Qué problemas hay?
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TMP 2.0, sí o sí... ¿o ya no?
Como siempre que Microsoft saca al mercado una nueva versión, Windows 11 ha acaparado muchos elogios... y, cómo no, críticas. Y es que en esta ocasión, más que nunca, ha establecido unos requisitos bastante 'exigentes' que a priori dejan fuera de juego a miles de usuarios con equipos no precisamente antiguos (y solventes). El principal motivo de la polémica ha sido el TMP 2.0, un módulo de cifrado que permite almacenar de forma segura las claves del sistema, y que era inicialmente obligatorio. Si nuestro ordenador carecía de él, ya nos podíamos olvidar de poder instalar Windows 11. ¿Seguro? Días después, Microsoft rectificaba y revelaba una alternativa surrealista: crear una clave en el registro. Ver para creer.
No era la única exigencia. Para los de Redmond también era imprescindible disponer de un arranque seguro, además de otros requisitos más 'modestos', caso de un procesador a 1 Ghz, de 2 ó más núcleos y arquitectura de 64 bits; 4 Gb. de RAM; 64 Gb. de almacenamiento; o gráfica compatible con DirectX 12, entre otros. Por si fuera poco, el nuevo Windows 11 dejaba fuera a chipsets anteriores a los Intel de octava generación (con excepciones) o inferiores a los Ryzen 2.
¿Qué hay de nuevo en Windows 11?
Microsoft ha dado un gran lavado de cara a Windows. Si bien a nivel de rendimiento no hay grandes novedades (más allá de que todo funciona de forma más fluida), sí lo hace a nivel estético y funcional. Lo que más llama la atención es su diseño, más minimalista, con una nueva paleta de colores y con bordes más redondeados. Destaca también el menú Inicio, centrado y sin las clásicas baldosas. A la mayor integración de servicios (Teams, To-Do) y funciones (caso del ajuste multiventana en pantalla), también hay que sumar un renovado panel de notificaciones, la potenciación (muy ligera) de apps como el Reloj o Fotos... y, sobre todo, la nueva cara de una Tienda de apps más completa (y con mejores condiciones para los desarrolladores). Eso sí, en algunos aspectos Windows 11 incomprensiblemente pierde en usabilidad, con menús contextuales más simples, o la imposibilidad de abrir archivos solo con arrastrarlos a la barra de tareas. Sea como fuere, la gran ausencia ha sido la falta de compatibilidad con apps de Android, algo que se vendió a bombo y platillo y que no ha llegado.
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¿Cuándo (y cómo) actualizo Windows 11?
Liberada el pasado 4 de octubre, la nueva versión de Windows ha comenzado a llegar escalonadamente (vía OTA o Windows Update) a los usuarios que cumplen con las exigencias. Ante todo, paciencia, porque hay ordenadores que no recibirán la nueva versión hasta... mediados de 2022. Si no puedes esperar, hazlo manualmente a través del Asistente de instalación de Windows 11, en su página web. Y si no te convence, puedes volver a Windows 10... antes de que pasen 10 días.
Si tu ordenador no se ajusta a los requisitos exigidos, puedes instalarlo igualmente -a tu cuenta y riesgo- desde diversos soportes o a través de una imagen ISO (lo que te requerirá instalarlo desde cero y/o con una clave de tu licencia). Hasta la fecha hay usuarios que lo han hecho... sin problemas significativos. Eso sí, en estos casos Microsoft ha sido muy clara y ha enfatizado que no asegura futuras actualizaciones (que pasan a ser anuales en lugar de semestrales). Por si fuera poco avisa de que podría ser motivo de una mayor cantidad de pantallazos azules. Casi nada...
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¿Actualizo a Windows 11 o espero?
Windows 11 llega al mercado como un software más que probado que no debería conllevar problemas de estabilidad. Aun así, en estos primeros días desde su lanzamiento no se ha librado de todo tipo de incidencias de rendimiento (en equipos con CPU Ryzen), un uso excesivo de memoria en el explorador de archivos, incompatibilidad con apps, fallos en el menú Inicio, etc. Por ello, nunca está de más esperar un poco a actualizar hasta que se solucionen la gran mayoría. Además, Windows 10 sigue siendo por el momento una gran alternativa, ya que tiene aseguradas actualizaciones hasta 2025.
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